Esquema relacional
Esta obra de Julio González es un monumento a la mujer catalana, como El segador, de Miró, lo era al hombre. No se trata en este caso de uno de sus dibujos en el espacio, sino de una estatua figurativa, enraizada con fuerza en su tierra -Cataluña-, que le obsesionó durante los últimos años y a la que volvió una y otra vez. La originalidad y entereza de las resoluciones formales a las que llegó le han granjeado un lugar preferente en la escultura de la vanguardia histórica, por encima de las distintas escuelas.