Desarrollo
Pedro de Ribera utiliza en este templo madrileño un espacio cuadrado, en ángulo, interfiriendo sus clásicas capillas satélites en los ejes diagonales, y el cuerpo, de pilares biselados, concebido como un sistema prolongado en la vertical refundiéndose en él la cúpula en su ensayo de carácter borrominiano.