Desarrollo
La singularidad de este templo corintio -levantado por Adriano hacia el año 130 en Éfeso, Turquía-, de pequeñas dimensiones, reside en la forma semicircular del entablamento, al que seguía el tradicional frontón triangular. Parece que el origen de esta tipología ya existía en tiempos anteriores, sin embargo no fue hasta los siglos III y IV cuando se generalizó. El templo ha sido reconstruido parcialmente, presentando un buen estado de conservación.