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Desarrollo


Situado en el norte de la provincia de Manabí, al sur de Tumaco-Tolita, Jama-Coaque parece pertenecer al mismo complejo cultural que Tumaco-Tolita, aunque existen diferencias en cuanto a su principal manifestación artística, otra vez las figurillas de cerámica. Ricas y variadas, se encuadran dentro de un estilo común al que se ha denominado tipo Chone, resultando todas las demás a modo de variantes de este estilo prototípico. Hecho con molde, es característico un ojo en forma de D tumbada, conseguido por una combinación de relieve e incisión. Aparecen seres humanos de ambos sexos, normalmente figuras aisladas, es decir, no formando escenas, pero que pueden estar adosadas a un vaso cerámico. La postura corriente es de pie, pero hay ejemplares sentados y arrodillados. La variedad de vestidos pero sobre todo de tocados y otros adornos es enorme. Uno de los tipos más sencillos es un silbato con el orificio de admisión del aire en lo alto de la cabeza y los de emisión en la espalda. Se trata de un hombre, de pie, vestido con un taparrabos, un ancho collar y unas típicas orejeras en forma de doble anilla así como otra serie de anillas prendidas en el lóbulo de las orejas. Otras figurillas más ornamentadas y siempre de sexo masculino llevan una especie de poncho adornado con motivos en relieve e incisos. En los años setenta se descubrió el yacimiento de San Isidro, naturalmente por huaqueros o saqueadores, que ha producido los ejemplares más impresionantes del arte plástico Jama-Coaque.

Son figuras huecas, de gran tamaño, que representan hombres, sentados o de pie, vistiendo un taparrabos pero con complicados tocados en los que aparecen plumas, máscaras antropo o zoomorfas, aves o elementos en forma de cuerno. Gigantescas narigueras cubren sus bocas y suelen llevar un gran bezote trapezoidal incrustado bajo el labio inferior. Llevan además collares y pectorales, brazaletes y bandas apretadas bajo las rodillas y en los tobillos. Pueden llevar una especie de ponchos cortos decorados con elementos que parecen estilizaciones de plumas. Todos llevan objetos diversos en las manos: los implementos para el uso de la coca, especies de bastones o elementos vegetales. Las mujeres visten una falda larga y sencilla dejando el torso desnudo que suele mostrar unos rotundos senos. Sus adornos son más sencillos, pero algunos llevan un tocado que parece representar una especie de casco emplumado. En algunos casos aparecen sentadas llevando sobre las rodillas diversos objetos que recuerdan elementos de uso cotidiano. Aunque no tan profusamente como en el caso Tumaco-Tolita, de alguna manera se representan también actitudes cotidianas, pero en el estilo Jama-Coaque parecen predominar en mayor medida las representaciones de carácter ceremonial o al menos relacionadas con personajes de importancia. Entre las representaciones en cerámica destacan los llamados templos, o estructuras piramidales profusamente decoradas y rematadas por una especie de cubículo que alberga una figurilla sentada identificada con un sacerdote o ídolo. Nos sentimos más bien inclinados a considerar dichos templos como representaciones de tronos o estructuras destinadas a la glorificación de los señores.

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