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EuropaRevolucionaria

Desarrollo


Otra gran corriente, conformadora de la sociedad contemporánea, fue el nacionalismo. En los años centrales de siglo, el nacionalismo fue un componente destacado de los movimientos revolucionarios de 1830 y 1848. Sin embargo, los fracasos con que se saldaron ambos movimientos sirvieron para comprobar que los proyectos nacionalistas no saldrían adelante mientras no tuvieran un respaldo social homogéneo.Algunos nacionalistas, como Mazzini, que habían participado en las revoluciones de 1830, se habían convencido de la inutilidad de la vía conspiratoria para imponer sus ideales. Mazzini fundó el movimiento popular la joven Italia, en junio de 1831, y similares iniciativas se registraron en Alemania y en Suiza. El nacionalismo adquirió por aquellos años un carácter cosmopolita que se pudo comprobar con la participación de polacos, suizos y alemanes, todos ellos procedentes de Ginebra, en la revuelta que se produjo en Génova en 1834.Estos movimientos, en todo caso, adolecían de falta de apoyo popular pues no incluían un programa social que pudiese ganar el apoyo de las clases campesinas. Es algo que se pudo comprobar en los sucesivos levantamientos polacos, así como en las tensiones que se generaron dentro del Imperio de los Habsburgo.Todo ello no impidió que las corrientes nacionalistas siguieran fortaleciéndose y, a medida que las condiciones económicas y sociales dieron madurez a sus reivindicaciones, algunos de los grandes proyectos nacionalistas consiguieron abrirse paso. Los procesos de unificación de Alemania e Italia son estudiados en sendos capítulos de este mismo volumen.

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