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Datos principales


Desarrollo


Entre los siglos VII y XI el Imperio Bizantino conjugará momentos de crisis con épocas de esplendor. A la dinastía inaugurada por Justiniano le seguirá la que Heraclio inició en el año 610. Durante esta dinastía el Imperio atravesará graves crisis internas, provocadas especialmente por la corrupción del aparato administrativo y las continuas querellas religiosas con Roma. Pero la crisis alcanzará su momento culminante con la dinastía Isaúrica iniciada por León III. En esta época se produce la Querella Iconoclasta donde la controversia por el culto a las imágenes centra toda la vida bizantina. Al mismo tiempo que se producen estos intensos debates teológicos, eslavos, musulmanes y búlgaros presionan las fronteras, provocándose continuos enfrentamientos. La dinastía de los emperadores macedonios, inaugurada por Basilio I, restaurará el esplendor al Imperio Bizantino al consolidarse la estructura administrativa interna y producirse una expansión en la política exterior. El año 1000 traerá la decadencia del Imperio Bizantino.

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