Compartir


Datos principales


Rango

Vida cotidiana

Desarrollo


El cuerpo será uno de las principales obsesiones de los españoles en el Siglo de Oro. El cuerpo será objeto de atención tanto en su vertiente lúdica como en la dolorosa. A lo largo del siglo XVII se van estableciendo unos modelos físicos definidos a la perfección. La mujer debía tener la cabellera larga y rubia; los ojos, preferentemente verdes; manos, blancas y largas, con las uñas crecidas y arregladas; los pechos poco desarrollados y básicamente delgada; talle estrecho y pie pequeño completaban el canon de belleza femenino como bien puede comprobarse en la figura de doña Isabel de Portugal. Los hombres con el pelo rubio o castaño y cierta altura eran los prototipos ideales, aunque la media habitual consistía, como dice Joly en "pequeños de estatura, de carnación morena (...) negro de pelo y barba corta". El criterio capilar evolucionó ya que en el siglo XVI dominaría el pelo muy corto con bigote y perilla (en la moda del pelo corto influyó la recomendación médica realizada a Felipe II: al sufrir frecuentes dolores de cabeza, los galenos le recomendaron que se repase el cabello con el fin de que el aire refrescase y aliviase los dolores por lo que la mayoría de los miembros de la corte también siguieron las indicaciones de la moda impuesta, no por gusto, por su monarca). Con Felipe IV creció el cabello y se reducía el bigote y la perilla a la mínima expresión, lo que escandalizó a los moralistas de la época.

Obras relacionadas


Contenidos relacionados