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Datos principales


Rango

Neolítico

Desarrollo


En Chipre, las investigaciones muestran un caso paradigmático de problemas histórico-arqueológicos de difícil explicación, en el estado actual de la investigación, como son la formación de culturas arqueológicas en las que intervienen la difusión y la caracterización de elementos materiales que permitan definir influencias exógenas. A pesar de algunos restos esporádicos anteriores, la isla de Chipre se ve ocupada de forma brusca por una cultura completamente formada, denominada horizonte Khirokitía, en torno al 5800 a.C., cuyo origen resulta difícil de precisar. A partir del 5400 a.C. existe un vacío documental que podría indicar el abandono de la isla para, de nuevo, aparecer las ocupaciones a partir de 4600 a.C., conocedoras de cerámica, y caracterizadas como cultura de Philia, cuyas manifestaciones tienden a relacionarse con la región de Cilicia y norte de Siria. El horizonte de Khirokitía se halla representado por una serie de poblados, el mejor conocido de éstos es el propio de Khirokitía que, junto con el de Kalavassos Tenta, se halla en la zona interior de la isla, o los emplazados en la costa como Cap Andreas Castros y Petra tou Limniti. El emplazamiento de estos asentamientos está caracterizado por una fuerte preocupación por la seguridad, que se manifiesta en la elección de lugares con fuertes defensas naturales: islotes (Petra), acantilado (Cap Andreas) o por la construcción de muros de defensa que rodean el poblado o la parte más desprotegida de los mismos (Khirokitía, Kalavassos Tenta).

La disposición de las unidades de habitación está estructurada bien por una aglomeración de casas circulares dispuestas en agrupaciones cerradas, o bien por la combinación de casas circulares y espacios exteriores de utilidad doméstica. El espacio doméstico se halla representado por construcciones circulares, que recuerdan los tholoi del mundo de Halaf, construidos con muros de piedra o adobe y de diámetros interiores variables entre 1,80 y 5 metros, con una cubierta plana. El espacio interior tiende a ser dividido en zonas de actividades diferenciadas, más o menos materializadas; la exigüidad del espacio doméstico se halla compensado por una utilización en volumen de la construcción, con altillos. El análisis de la distribución espacial del material arqueológico ha mostrado que cada familia dispone de varias habitaciones agrupadas, con un número variable que puede llegar a siete, atribuyendo a cada construcción un uso particular: cocina, reposo, almacenamiento... Destaca la decoración pintada en alguna de estas construcciones, descubierta en Kalavassos Tenta, y que representa a personajes estilizados realizados en ocre rojo. El estilo de la misma recuerda las halladas en Anatolia. Desconocen la cerámica, pero fabrican unas destacables vasijas de piedra, de gran perfección técnica y estética. El material lítico es tosco, utilizando exclusivamente las materias locales, y con un utillaje monótono formado por hojas de hoz, lascas apenas retocadas o láminas cortas utilizadas en estado bruto.

El utillaje de hueso presenta una tecnología elaborada, con la utilización del fuego para el acabado, y está formado esencialmente por agujas y punzones. Se trata de una población que desarrolla una agricultura cerealística (trigo y cebada), el cultivo de leguminosas (lentejas) y un consumo abundante de aceitunas y ciruelas. La ganadería se orienta esencialmente a los ovicápridos y al cerdo. Complementariamente, explotan los recursos marinos con una pesca intensa y practican una caza de gamo y de ciervo. Las prácticas funerarias se realizan en sepulturas individuales bajo el mismo suelo del hábitat, con ajuares variados y ricos (vasos de piedra, objetos de adorno). El análisis antropológico ha mostrado que se trata de una población braquicéfala con una deformación craneal generalizada en el conjunto de la población. Se trata del aplanamiento de la parte posterior del cráneo probablemente obtenido con la ayuda de la aplicación de una placa sobre el occipital después del nacimiento, y que provoca el desplazamiento de la mandíbula hacia la parte anterior. No existen paralelos de estas prácticas en otras zonas del Oriente Próximo. Uno de los aspectos más interesantes es la explicación del origen de esta cultura original que se desarrollará por espacio de medio milenio en la isla. Existe una cierta unanimidad en considerarla como fruto de una colonización, que sin duda se relacionaría con los fenómenos de expansión del neolítico del Próximo Oriente continental del VIII milenio.

La proximidad de la isla al Levante mediterráneo (península de Anatolia, norte de Siria, Líbano, Palestina) presupone su origen en estas zonas, pero la confrontación de las culturas materiales muestra con fuerza la originalidad y característica del Horizonte Khirokitía. Así, por ejemplo, el contraste entre un uso amplio de la arquitectura circular desarrollada con unas técnicas elaboradas e incluso sofisticadas, cuando en el continente se había generalizado la planta rectangular; o la diferenciación de la industria lítica, con la ausencia en la isla de puntas de flecha, y la ignorancia del retoque por presión. Los elementos que permiten una relación más específica con Levante son la tradición de las pinturas murales y la fauna. En efecto, las especies explotadas en la cultura precerámica contrastan con la fauna autóctona (elefantes e hipopótamos enanos) implicando el desplazamiento de la misma con los colonizadores mediante su transporte por mar. Es sorprendente la presencia del gamo, cuyo estatus de salvaje o doméstico es problemático, si bien la hipótesis más verosímil tendería hacia una explotación controlada. Los establecimientos de Philia-Drakos A y de Ayios Epiktitos-Vrysi inician el desarrollo de la secuencia del Neolítico cerámico de Chipre, que continuará con los niveles superiores de Khirokitía y, sobre todo, en Sotira. La secuencia de Philia-Drakos A permite reconocer una evolución en cuatro fases donde las muestras cerámicas indican una relación con las regiones de Cilicia y sudoeste de Anatolia. De la evolución posterior, caracterizada por pequeños poblados, el mejor conocido es el de Sotira, en la costa sur, donde se observan las habitaciones de planta cuadrangular con ángulos redondeados y el tejado sostenido por un pilar central subdividiendo el espacio interno en zonas diferenciadas. Aparece, también, la diferenciación del espacio de inhumación, con necrópolis separadas de los hábitats.

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