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Datos principales


Rango

Neolítico

Desarrollo


No en todas las zonas peninsulares se denomina ni se caracteriza cronológicamente de la misma forma este periodo. En Cataluña, uno de los aspectos más relevantes es el desarrollo, entre la segunda mitad del IV milenio y la primera del III, la Cultura de los Sepulcros de Fosa, muy homogénea en cuanto a sus conjuntos tecnoeconómicos y, sobre todo, por lo que se refiere a las características necrópolis de fosas. Un conjunto amplísimo de dataciones C14 permite ajustar bastante su evolución: en la Bòbila Madurell (aproximadamente de 3070, 3060 y 2850 a.C.), Cova de la Font del Molinot-Pontons, Barcelona (nivel del Neolítico Medio: 3400 a.C.)-, Cova del Toll-Moià, Barcelona (diversas fechas entre 3600-3100 a.C.)-, Can'Isach Palau-Savardera, Girona (3110 y 3250 a.C.) y Feixa del Moro (Juberri, Andorra, entre 3300 y 3000 a.C.). En Andalucía, este periodo se conoce como el Neolítico Medio-Final, y se centra entre el último cuarto del IV milenio y la segunda mitad del III milenio. Disponemos de niveles con materiales de este momento, caracterizados por un cambio en las tradiciones cerámicas con una generalización de cerámicas lisas, en Carigüela, Nerja, Nacimiento, etc. Corresponde específicamente a una fase avanzada de la neolitización. En Aragón se conoce como Neolítico Medio una fase final del proceso de neolitización, situada entre el 4000-3500 a.C., a caballo entre el horizonte epicardial y el Neolítico reciente. Se documentan los primeros asentamientos al aire libre claros, como, por ejemplo, Alonso Norte (Bajo Aragón) y Torrollón (Huesca), o bien se continúan ocupando cavidades naturales (Espluga de la Puyascada, en el Alto Aragón, con dataciones radiocarbónicas que remiten al 3980 y 3630 a.

C.). Para el periodo concreto que nos atañe, los datos son escasos, heterogéneos y de difícil sistematización. No obstante, disponemos de tres dataciones absolutas que nos indican su presencia: en el nivel b del Pontet (3500 a.C.) y en la necrópolis de la Mina Vallfera (Mequinenza, con dos fechas: 2860 y 2420 a.C.). En la zona valenciana es donde quizás mejor se hace patente la confusión terminológica y cronológica de este periodo: como Neolítico Medio se conoce la fase del Neolítico Antiguo o Neolítico I (finales V milenio-primera mitad del IV), donde predominan las cerámicas incisas, acanaladas e impresas no cardiales (Cova Fosca, a pesar de las altas y polémicas dataciones). Lo que nosotros entendemos como Neolítico Medio, la consolidación agrícola y ganadera del IV-III milenios, quedaría incluida en las fases A y B del Neolítico II, en el horizonte del Neolítico Final (3500-2500 a.C.), que a su vez es subdividido en dos momentos: el Final I, hacia el 3400-2800/2700 a.C., con el predominio de la cerámica esgrafiada, y el Final II, el horizonte precampaniforme, hasta mediados del III milenio. Los yacimientos más significativos de este periodo son la Cova de l'Or, Cova de les Cendres y el poblado Ereta del Pedregal (fase I); en conjunto destacan las cerámicas esgrafiadas y lisas sin decoración, y nuevas formas como platos, escudillas, carenados, etc. A nivel del equipamiento lítico se agranda el tamaño de las hojas y aparecen las puntas de flecha.

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