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Datos principales


Rango

XX9

Desarrollo


Entre las actividades de los dadaístas había cosas ya vistas: el gusto por la sorpresa, la polémica, el escándalo y la experimentación; pero había también cosas nunca vistas, al menos de forma tan pública y ostentosa: la agresión, los insultos, la violencia, el histrionismo, el humor... Algunas de estas armas. procedían del futurismo, pero la utilización que los dadaístas hacen de ellas es diferente, tanto que, como escribió Tzara, "el futurismo murió de Dada".Y hablo de actividades más que de obras, porque aunque éstas existan, y no sean precisamente pocas, ni poco importantes, no se concebían como fines en sí mismas, sino como parte de un espectáculo, un acontecimiento o una manifestación. Desde ese punto de vista valía tanto un dibujo de Grosz como de un estudiante de Bachillerato. Lo más importante para ellos no eran las obras sino las actitudes, el comportamiento, los gestos y la ironía, la provocación y el escándalo que llevaban consigo. Lo de menos eran los ready-mades, pinturas y esculturas, grabados, fotomontajes, collages y papeles impresos que nos han quedado, glorificados y momificados también ellos en las salas de los museos como Obras de Arte con mayúsculas, cuando lo que intentaron apasionadamente sus autores fue escribirlas con minúsculas y engarzarlas en la vida.Más que hacer obras, como ha señalado M. De Micheli, "fabrican objetos" y los términos con que se definen a sí mismos van en esa línea: "monteur" se autodenomina Heartfield, no artista. Lo que les interesa es "el significado polémico del procedimiento, la afirmación de la potencia virtual de las cosas, la supremacía del azar sobre la regla, la violencia explosiva de su presencia irregular entre auténticas obras de arte". Anticubistas, antifuturistas y antiabstractos, utilizan, sin embargo, todos los procedimientos de esos ismos para llevar a cabo su crítica destructiva.

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