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La característica hornacina labrada en el muro de la quibla para hacer de mihrab toma en la Mezquita de Córdoba forma de octógono cubierto por una pequeña cúpula en forma de concha, sujetada con seis arcos polilobulados. Al mihrab se accede a través de un gran arco de herradura con su correspondiente alfiz, sobre el que se observan una serie de arcos polilobulados que encuadran una decoración vegetal, realizada en mosaico sobre fondo de oro. El alfiz y la serie de arcos tienen entre sí una amplia franja con inscripciones en letras cúficas, donde se pueden leer citas tomadas del Corán. Las jambas del arco de herradura se revisten de dos grandes losas de mármol decoradas con ataurique. Para la realización del programa decorativo, se hizo venir de Constantinopla un grupo de expertos artesanos. Ante el mihrab encontramos una de las características cúpulas califales que decoran la maksura de la mezquita.
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Delante del mihrab de la mezquita de Córdoba encontramos las cúpulas más interesantes de todo el conjunto. Se trata de las características cúpulas califales cuyos nervios no se cruzan en el centro, formada en este caso por dos cuadrados desplazados que crean una estrella de ocho puntas, en cuyo interior observamos la decoración de ataurique.
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El patio de la mezquita de Córdoba se configura en la primera construcción, la realizada por Abd al-Rahman I e Hixam I. Abd al-Rahman II será el promotor de la columnata que rodea el patio, que será ampliado por Abd al-Rahman III, al igual que el minarete. Almanzor será el encargado de ampliar el patio hacia el este, finalizando la decoración de la puerta del Perdón. La conversión de la mezquita en catedral durante el siglo XVI supondrá el fin del patio según la tipología islámica y la creación de este patio como lugar de recogimiento antes de acceder al templo. Los claustros actuales son producto de la remodelación que se llevó a cabo en las primeras décadas del siglo XVI, por mandato del obispo Martín Fernández de Angulo, eligiendo a Hernán Ruiz I como arquitecto encargado del proyecto. En el siglo XIII se habían plantado palmeras y en el Xv existen datos de la presencia de naranjos, añadiéndose olivos y cipreses en el XVIII.