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El claustro conventual es de gran belleza y se realizó en estilo gótico flamígero
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Antiguo convento dominico, sede del actual Museo do Pobo Galego, fue construido entre 1685 y 1715, en tiempos del dominico fray Antonio de Monroi, arzobispo de Santiago. Está situado extramuros, en el Monte de la Almáciga y muy cerca de la Porta Francígena. Su fundación primitiva se atribuye a Santo Domingo de Guzmán, quien realizaría una peregrinación a Santiago en el año 1219. La referencia documental más antigua se remonta a 1228, en el que aparece bajo la advocación de Santa María. A partir del siglo XV se le cita ya como de San Domingos, sujeto al patrocinio de la casa de Altamira. El convento está integrado por tres partes: convento, iglesia y huerto. La iglesia conventual muestra una fachada renacentista en la que destaca una esbelta torre barroca, así como un pórtico románico con la representación de la Virgen con el Niño. Su cuerpo central, de los siglos XIII-XIV, es un ejemplo único en Santiago del gótico mendicante. Presenta planta de salón dividida en cruz, con tres naves y crucero y ábsides poligonales en la cabecera cubiertos con bóvedas de abanico. En el central se abren cinco ventanas, mientras que a ambos lados de la cabecera se sitúan sendas capillas de planta rectangular. En la iglesia está instalado el Panteón de Gallegos Ilustres, en el que reposan restos como los de Rosalía de Castro, Castelao y Alfredo Brañas. El convento en sí, cuya factura ha de adjudicarse a Andrade, cuenta con un magnífico claustro de factura barroca y una espléndida escalera helicoidal, todo un prodigio de ingeniería, que da acceso a los pisos superiores. Con la desamortización de Mendizábal el convento pasó a ser del Ayuntamiento. En 1841 pasa a ser hospicio, acogiendo además después un colegio de sordomudos y ciegos. Más tarde fue desocupado, hasta que se decidió albergar allí el Museo Municipal, inaugurado en 1963. En 1977, finalmente, se decidió que sus muros acogieran el Museo do Pobo Galego.
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Los orígenes de este convento, que fue residencia de San Vicente Ferrer y hoy es sede de la Capitanía General de Valencia, se remontan al siglo XIII. La portada es de época renacentista y fue diseñada por el propio Felipe II. La iglesia se encuentra en la zona de la izquierda del cenobio y es de una sola nave, siguiendo los modelos de las órdenes mendicantes. En el interior de la iglesia encontramos la capilla de los Reyes, donde se hallan las tumbas de los marqueses de Cenete y de Juan de Juanes y su esposa. La Sala Capitular tiene planta cuadrada y se divide en tres naves que se sostienen por pilares, que sustentan una bóveda con forma de palmera. La Capilla de San Vicente Ferrer se encuentra al lado de esta sala. El claustro es de gran belleza y se realizó en estilo gótico flamígero.
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Las trazas originales de este templo -cuyos orígenes se remontan al siglo XI, en tiempos de Alfonso VI- se deben a Nicolás de Vergara en 1577, siendo modificadas posteriormente por Juan de Herrera. Es una iglesia de planta de cruz latina, con una sola nave, una capilla en el lado de la epístola, cúpula sobre pechinas en el crucero y bóveda de cañón. A los pies de la iglesia se ubica el coro. En el altar mayor se conservan dos lienzos originales de El Greco.
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Su construcción se remonta al siglo XV, coincidiendo con la etapa más floreciente del estilo gótico-mudéjar. La distribución del Convento de Santo Domingo el Real, fundado en el siglo XIV, gira en torno a dos grandes claustros, uno de estilo gótico y otro renacentista. La iglesia fue iniciada en 1568, siguiendo los planos de Diego Velasco "el Mozo". Destaca su entrada por la elegancia de su pórtico renacentista. En su interior se distinguen dos naves paralelas y por primera vez aparece en la cubierta la bóveda elíptica. La riqueza de los retablos que se encuentran en el interior de la iglesia es uno de sus principales atractivos, al igual que sus capillas. Entre las obras más llamativas hay que citar el retablo situado en el testero norte, dedicado a san Juan Bautista y realizado en el siglo XVII. La capilla de los Silva también acoge en su interior un interesante retablo de 1575. Al visitar este monumento tampoco se pueden olvidar las puertas del coro, enmarcadas por yeserías y con batientes mudéjares del siglo XV. Desde aquí se accede al coro, de gran riqueza artística.
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Se trata del convento más antiguo de Archidona y fue fundado por el conde de Ureña en 1531. Está organizado en torno a un patio central cuadrado, con la iglesia adosada a un lateral. Tiene una sobria portada con austera espadaña. La comunidad dominicana ejerció el papel de rector de la vida espiritual hasta su exclaustración, producida tras las desamortizaciones del siglo XIX. Actualmente alberga el hotel-escuela Convento de Santo Domingo.