Gil de Morlanes el Viejo
Desarrollo
Activo desde los últimos años del siglo XV en la región aragonesa , vivió las últimas tendencias del estilo gótico y el comienzo del Renacimiento. Precisamente a este autor se deben importantes aportaciones de este estilo en la región aragonesa. No obstante, en más de una ocasión tuvo que adaptarse a las imposiciones de sus maestros que insistían en continuar con las tendencias góticas. Prueba de ello es el relieve de la catedral de Zaragoza, donde colaboró con Pere Joan , o las tumbas que realizó para el Monasterio de Poblet de Juan II y Fernando de Antequera . Pero, en los primeros años del siglo XVI, realiza un retablo para la Cartuja de Montearagón, donde ya se aprecian algunos rasgos propios del Renacimiento, como los grutescos o las ruinas clásicas que decoran los fondos. La evolución de Morlanes rápidamente se advierte en la portada que realiza para la iglesia de Santa Engracia en Zaragoza, cuya distribución en pisos y su decoración responde plenamente a los planteamientos del Renacimiento. La finalización de esta obra corrió a cargo de Gil Morlanes el joven, su hijo.