Justiniano II
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Datos principales
Tipo
Político
Cargo
Emperador
Desarrollo
Tras 17 años en el gobierno Constantino IV fallecía en septiembre de 685. Dejaba el trono bizantino a su hijo Justiniano II con apenas 16 años, manifestándose en él las ansias de poder características de la dinastía heracliana a través de un agresivo despotismo. El ejemplo de Justiniano era para él una gran meta y una carga al mismo tiempo, dejándose arrastrar más de una vez por su ambición. Este retrato psicológico le convierte en un emperador que no gozó de buena reputación entre sus contemporáneos. La situación en Oriente era favorable a los intereses bizantinos. Abd al-Malik, sustituto de Muawiya en el califato omeya , firmó un tratado de paz favorable para Bizancio. Con la tranquilidad asegurada en el frente oriental, Justiniano pudo dedicar sus esfuerzos a los Balcanes. En el año 687 realizó una gran campaña para someter a los búlgaros y slavinios y al año siguiente se dirigió contra los eslavos. La región de Tesalónica fue desalojada de eslavos, que fueron enviados a Asia Menor. El emperador también trasladó a esa región al pueblo cristiano de los mardaítas y a buena parte de la población de Chipre. El traslado de los chipriotas no gustó al califa lo que motivó el estallido de una guerra en los años 691-692. Los eslavos se pasaron al enemigos y Bizancio sufrió una grave derrota en Armenia, lo que motivó que buena parte de esta región pasara a manos musulmanas.
A pesar de este varapalo, se puede afirmar que la política de asentamientos realizada por Justiniano II fue un éxito, siguiendo la línea establecida por Heraclio. Para acabar con el conflicto religioso entre Roma y Bizancio, Justiniano II envió a uno de sus secuaces a la Ciudad Papal con el fin de detener al papa y llevarle a Constantinopla. El enviado imperial encontró grandes dificultades para llevar a cabo su misión e incluso tuvo que apelar al pontífice para salvar su vida. El Papado conseguía una importante victoria moral. La política gubernamental estaba tomando un cariz absolutamente antiaristocrático al basarse en la pequeña propiedad. Además la fiscalidad era muy elevaba ya que el emperador dedicaba fuertes sumas a levantar construcciones. Estas serían las razones por las que se producía en el año 695 una revuelta en Constantinopla que destronaba a Justiniano II y elevaba al trono a Leoncio . El emperador fue enviado a Querson y se le cortó la nariz. El equilibrio que había vivido Bizancio se rompía en mil pedazos. Justiniano huyó desde Querson al reino jázaro donde se casó con la hermana del khagan, convertida al cristianismo con el nombre de Teodora. Cuando Tiberio II envió a sus legados para solicitar su extradición, Justiniano emprendió una nueva huida, dirigiéndose al país de los búlgaros donde fue bien recibido por su khagan, Tervel. Tras diez años de exilio Justiniano II recuperaba el trono en el año 705, tras una rebelión que depuso a Tiberio II.
Seis años duraría esta segunda fase del reino de Justiniano el "Rhinotmeta" -el de la nariz cortada-. La venganza recorrió las calles de Constantinopla y los enemigos del emperador fueron ajusticiados mientras que sus partidarios recibían importantes recompensas. Justiniano se convertía en un tirano cegado por la venganza, lo que aprovecharon sus enemigos externos. Los musulmanes ocupaban buena parte de Capadocia. Ravena era saqueada por los propios bizantinos, en respuesta a la hostilidad con que se trató a Justiniano II en su primera etapa de gobierno. Los ciudadanos más distinguidos de Ravena fueron llevados a Constantinopla para ser ejecutados. Esta actitud motivó el estallido de una revuelta en la ciudad que fue contestada enviando una expedición de castigo. Algo similar ocurrió en Querson donde el armenio Bardanes era proclamado emperador. Se trasladó a Constantinopla donde fue recibido con las puertas abiertas, harta su población de los desmanes de Justiniano. Un oficial le cortó la cabeza que fue enviada a Roma y Ravena para ser exhibida. Su hijo Tiberio también era asesinado, acabando sangrientamente la dinastía heracliana.
A pesar de este varapalo, se puede afirmar que la política de asentamientos realizada por Justiniano II fue un éxito, siguiendo la línea establecida por Heraclio. Para acabar con el conflicto religioso entre Roma y Bizancio, Justiniano II envió a uno de sus secuaces a la Ciudad Papal con el fin de detener al papa y llevarle a Constantinopla. El enviado imperial encontró grandes dificultades para llevar a cabo su misión e incluso tuvo que apelar al pontífice para salvar su vida. El Papado conseguía una importante victoria moral. La política gubernamental estaba tomando un cariz absolutamente antiaristocrático al basarse en la pequeña propiedad. Además la fiscalidad era muy elevaba ya que el emperador dedicaba fuertes sumas a levantar construcciones. Estas serían las razones por las que se producía en el año 695 una revuelta en Constantinopla que destronaba a Justiniano II y elevaba al trono a Leoncio . El emperador fue enviado a Querson y se le cortó la nariz. El equilibrio que había vivido Bizancio se rompía en mil pedazos. Justiniano huyó desde Querson al reino jázaro donde se casó con la hermana del khagan, convertida al cristianismo con el nombre de Teodora. Cuando Tiberio II envió a sus legados para solicitar su extradición, Justiniano emprendió una nueva huida, dirigiéndose al país de los búlgaros donde fue bien recibido por su khagan, Tervel. Tras diez años de exilio Justiniano II recuperaba el trono en el año 705, tras una rebelión que depuso a Tiberio II.
Seis años duraría esta segunda fase del reino de Justiniano el "Rhinotmeta" -el de la nariz cortada-. La venganza recorrió las calles de Constantinopla y los enemigos del emperador fueron ajusticiados mientras que sus partidarios recibían importantes recompensas. Justiniano se convertía en un tirano cegado por la venganza, lo que aprovecharon sus enemigos externos. Los musulmanes ocupaban buena parte de Capadocia. Ravena era saqueada por los propios bizantinos, en respuesta a la hostilidad con que se trató a Justiniano II en su primera etapa de gobierno. Los ciudadanos más distinguidos de Ravena fueron llevados a Constantinopla para ser ejecutados. Esta actitud motivó el estallido de una revuelta en la ciudad que fue contestada enviando una expedición de castigo. Algo similar ocurrió en Querson donde el armenio Bardanes era proclamado emperador. Se trasladó a Constantinopla donde fue recibido con las puertas abiertas, harta su población de los desmanes de Justiniano. Un oficial le cortó la cabeza que fue enviada a Roma y Ravena para ser exhibida. Su hijo Tiberio también era asesinado, acabando sangrientamente la dinastía heracliana.