Tinaja de tres asas
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La manera más lograda de disponer las decoraciones de las cerámicas ibéricas es ocupando un único friso amplio delimitado por franjas geométricas, friso que puede constituir bien sea un panel de lectura continua o de dos grandes metopas correspondientes al anverso y reverso de la pieza. También hay vasijas con frisos superpuestos. Entre las figuras que protagonizan la escena se intercala una profusión de signos de los que, además de hojas y flores, destacan el llamado zapatero, el molinillo, la estrella o el triángulo, probablemente dotados de un significado comprensible para la sociedad ibérica. Como dato complementario, algunas vasijas con decoración figurada presentan inscripciones en ibérico.