San Antonio de Padua
Datos principales
Autor
Fecha
1769 h.
Material
Dimensiones
225 x 176 cm.
Museo
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El convento de San Pascual de Aranjuez, cuya iglesia decoró Tiépolo, era de franciscanos alcantarinos por lo que todos los santos que pintó el artista llevan el hábito franciscano. San Antonio ha caído de rodillas ante el milagro de la aparición del Niño en sus manos, acompañado de dos querubines. El cesto y las flores que llevaba el santo han quedado caídas en las escaleras, mientras al fondo un monje contempla sobrecogido el milagro. La escena es bastante abigarrada, dando la sensación de agobio espacial. Las aperturas de la ventana y la puerta del fondo no son suficientes ya que la perspectiva se corta. Sí es un acierto el colocar las escaleras en primer plano para crear el efecto de altura al estar el lienzo colocado en un altar. Como la mayor parte de las figuras de Tiépolo, éstas son también duras, casi acartonadas. Entre el Niño y el santo no existe relación porque San Antonio mira pero no ve, parece en completo éxtasis. La iluminación es correcta al enfocar a los principales protagonistas dejando el resto en semipenumbra. La importancia de la obra tuvo repercusiones en Bayeu y en el propio Goya .