Ramón Berenguer III en el castillo de Foix
Datos principales
Autor
Fecha
1857
Estilo
Material
Dimensiones
116´5 x 87´5 cm.
Museo
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Son escasas las muestras que Fortuny ofrece sobre la temática histórica, la pintura más importante en la España decimonónica con la que se conseguían los más destacados éxitos oficiales. Con esta obra Mariano optaba a una de las pensiones concedidas por la Diputación de Barcelona para estudiar en Roma durante un periodo de dos años. La temática exigida era el momento en que el conde de Barcelona, Ramón Berenguer III el Grande, pone fin a una revuelta iniciada en el castillo de Foix -en la región de la Provenza- cuyos habitantes, partidarios de la dominación francesa, se habían sublevado contra la autoridad catalana. Corría el año 1116 y el conde puso fin a la rebelión a su regreso de un viaje a Italia. El asunto enlaza con el pensamiento de los pintores nazarenos catalanes que constituían el jurado como Claudio Lorenzale o Milà i Fontanals, interesados en extraer las más profundas raíces del pasado medieval catalán en relación con el movimiento cultural denominada Reinaiçenxa. El cuadro de Fortuny obtuvo el primer premio, consistente en la pensión por dos años a razón de 8.000 reales anuales, partiendo para la Ciudad Eterna al año siguiente de la ejecución de la pintura. En la composición se siguen las directrices del estilo nazareno al ocupar las figuras la mayor parte del espacio, creando una sensación de agobio al sugerir que apenas pueden desenvolverse. Así podemos contemplar a Ramón Berenguer encaramado en los adarves de la fortaleza, pisoteando el cuerpo inerte de un rebelde y ondeando la bandera de Barcelona, donde podemos observar la imagen de santa Eulalia, arrojando con su mano izquierda la enseña francesa al vacío tras romper el mástil.
En la zona inferior encontramos a los soldados catalanes que suben para ayudar a su señor mientras al fondo los rebeldes contemplan la acción del conde. Ramón Berenguer es el protagonista absoluto del episodio por lo que aparece en el centro de la escena, visto desde abajo -siguiendo una perspectiva muy habitual en el Renacimiento - para incrementar la importancia de los muros del castillo y de su acción. Las demás figuras sirven de comparsa al conde, destacando su inexpresividad aunque Fortuny se interese especialmente por describir con rigor sus indumentarias dentro del estilo "arqueologista" imperante entre los pintores de Historia de aquellos momentos como Casado del Alisal o Dióscoro de la Puebla . El colorido empleado por Mariano sigue las directrices de sus maestros nazarenos al ser muy reducido, destacando las tonalidades terrosas, jugando con una gama cromática bastante austera. El dibujo es exquisito, en sintonía con el estilo que le hará famoso. La obra actualmente se exhibe en el Palau de la Generalitat de Barcelona como una de las joyas de la pintura histórica catalana si bien bastante olvidada por la crítica.
En la zona inferior encontramos a los soldados catalanes que suben para ayudar a su señor mientras al fondo los rebeldes contemplan la acción del conde. Ramón Berenguer es el protagonista absoluto del episodio por lo que aparece en el centro de la escena, visto desde abajo -siguiendo una perspectiva muy habitual en el Renacimiento - para incrementar la importancia de los muros del castillo y de su acción. Las demás figuras sirven de comparsa al conde, destacando su inexpresividad aunque Fortuny se interese especialmente por describir con rigor sus indumentarias dentro del estilo "arqueologista" imperante entre los pintores de Historia de aquellos momentos como Casado del Alisal o Dióscoro de la Puebla . El colorido empleado por Mariano sigue las directrices de sus maestros nazarenos al ser muy reducido, destacando las tonalidades terrosas, jugando con una gama cromática bastante austera. El dibujo es exquisito, en sintonía con el estilo que le hará famoso. La obra actualmente se exhibe en el Palau de la Generalitat de Barcelona como una de las joyas de la pintura histórica catalana si bien bastante olvidada por la crítica.