Mosaico romano hallado en Écija
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En numerosas villas romanas de época bajoimperial se han hallado mosaicos de contenido báquico lo que supone que numerosos seguidores de este dios eran miembros de las capas más altas de la sociedad ya que eran las únicas que podían sufragar los gastos que este tipo de decoraciones suponían. Este tipo de decoración se adaptaba perfectamente al uso de habitaciones de tipo triclinar. En el Museo Arqueológico de Sevilla se conserva uno de estos mosaicos protagonizado por el cortejo de Baco, quien comparte su carro con Ariadna, carroza tirada por tigres y acompañada por un personaje alado (¿Mercurio?). Ariadna era hija del rey Minos y fue ella quien dio a Teseo el hilo con cuya ayuda el héroe ateniense consiguió escapar del laberinto. El héroe y la joven huyeron de Creta pero Teseo abandonó a Ariadna en el litoral de la isla de Naxos. Cuando ella descubrió que había sido abandonada rompió a llorar, siendo escuchado sus lamentos por Baco, quien se apiadó de la joven. El dios del vino se enamoró y tomó por esposa a Ariadna. Cuando ella falleció, Baco recuperó la corona de oro que le regalara y la convirtió en estrella.