El Raso de Candeleda (Avila). Ruinas del poblado vettón
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La característica más apreciable del hábitat celtibérico es el establecimiento en lugares elevados, de fácil defensa, controlando estratégicamente una buena parte de su territorio. Al mismo tiempo que se consolida la forma de vida urbana entre estos pueblos, en la técnica constructiva se adopta la piedra y el adobe como elementos básicos en el diseño de casas de estructura rectilínea cada vez de mejor factura, superando desde una etapa temprana la utilización de viviendas de traza circular ubicadas anárquicamente. No obstante, las construcciones no pasan de ser modestas, pero ya distribuyendo sobre una planta rectangular o de tendencia angulosa al menos una serie de estancias separadas por tabiques de adobe. El poblado de El Raso de Candeleda tenía unas 200 hectáreas de superficie con unas 300 casas y unos 1500 habitantes.