El ansia de la felicidad se calma con la poesía
Datos principales
Autor
Fecha
1902
Escuela
Material
Dimensiones
1381 x 220 cm.
Museo
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En el catálogo de la XIV Exposición de la Secession se alude a este tercer panel del Friso Beethoven como "El anhelo de felicidad se sacia en la poesía. Las artes nos transportan al reino ideal, fuente única de alegría pura, de pura felicidad, de puro amor. Coro de ángeles en el paraíso. Himno a la Alegría". Este último panel es el más interesante de todo el conjunto, integrado también por Anhelo de felicidad , Las fuerzas enemigas y la Música . Según Carl E. Schorske "Klimt concibió el último panel con relación a un verso de la "Oda a la Alegría" de Schiller". Las tres artes supremas nos conducen al coro de ángeles, integrado por tres filas de figuras femeninas vestidas con largas túnicas doradas, situado en un prado de brillantes flores. A continuación nos encontramos con el caballero armado que se ha despojado de su armadura y se funde en un abrazo con una mujer también desnuda, recurriendo a una temática habitual en la pintura del maestro que también observamos en Amor , La Satisfacción o El Beso . El abrazo tiene lugar en un útero (Schorske) y tras los amantes podemos observar un rosal y el sol y la luna. "Incluso en ese cielo, los cabellos de la mujer rodean los tobillos de su amante de esa manera peligrosa que hemos llegado a conocer tanto en Klimt. El sexo coge en una trampa incluso en Arcadia" (Schorske). Este autor no duda en relacionar este panel final con la Jurisprudencia .
El beso significa en este conjunto el triunfo sobre las fuerzas hostiles. Los amantes desnudos, ocultando la amplia espalda del caballero a su amada; la mujer tiene los brazos alrededor del cuello del caballero y se esfuerza por levantarse hacia él mientras éste se inclina hacia la amada. Bien es cierto que no vemos el beso pero se presiente, se palpa la fuerza erótica de este encuentro. "El premio de su victoria es el amor que le espera, personificado en una mujer. La femenieidad de ella es más importante que su individualidad; no pueden verse ni su cuerpo ni su rostro" (S. Partsch). En su estudio sobre el Friso Beethoven, Jean Paul Bouillon afirma que "la revelación de la sexualidad no supone una auténtica liberación. Por el contrario, Klimt se extravía en una doble pesadilla: la de la mujer castradora -esta vez representada por su propio sexo y no, como sucedía en 1901 en Judith I, dando el rodeo al simbolismo- y la de la mujer lasciva, en la que el placer que desea comunicar se encuentra en sí misma (...) y supone un peligro para el hombre".Los especialistas consideran el Friso Beethoven como el punto de inflexión en la carrera de Klimt, tanto en su contenido como en su forma de plasmarlo. Las figuras planas dominan el conjunto, apartándose del naturalismo imperante para tender a la bidimensionalidad, siguiendo la estampa japonesa ; algunos elementos se estilizan al máximo y casi se simplifican como meros dibujos; emplea asiduamente el dorado, especialmente en este último panel, creando un efecto decorativista que se continuará en trabajos posteriores, culminando en el retrato de Adele Bloch-Bauer I .
Podemos aludir a la influencia bizantina , concretamente de los mosaicos de la iglesia de San Vitale de Ravena que tanto llamaron su atención, en referencia a esta actitud decorativista que se convertirá en símbolo de su producción. El empleo de diversos materiales le relaciona también con los trabajos de los Talleres de Viena y la filosofía de arte total que estos talleres propugnaban.Cuando la exposición finalizó, el 27 de junio de 1903, la estatua de Beethoven realizada por Klinger se envió a Leipzig y los frescos que adornaban las salas del edificio de la Secession se destruyeron, excepto el friso de Klimt ya que iba a participar en la XVIII Exposición del grupo dedicada precisamente a este pintor. Tras la exhibición, el friso se cortó en ocho piezas que fueron vendidas a coleccionistas particulares. El conjunto fue adquirido por August Lederer en 1915 y en 1973 pasó a ser de titularidad pública, exponiéndose por primera vez en 1985, exhibiéndose en la actualidad en la Casa de la Secession.
El beso significa en este conjunto el triunfo sobre las fuerzas hostiles. Los amantes desnudos, ocultando la amplia espalda del caballero a su amada; la mujer tiene los brazos alrededor del cuello del caballero y se esfuerza por levantarse hacia él mientras éste se inclina hacia la amada. Bien es cierto que no vemos el beso pero se presiente, se palpa la fuerza erótica de este encuentro. "El premio de su victoria es el amor que le espera, personificado en una mujer. La femenieidad de ella es más importante que su individualidad; no pueden verse ni su cuerpo ni su rostro" (S. Partsch). En su estudio sobre el Friso Beethoven, Jean Paul Bouillon afirma que "la revelación de la sexualidad no supone una auténtica liberación. Por el contrario, Klimt se extravía en una doble pesadilla: la de la mujer castradora -esta vez representada por su propio sexo y no, como sucedía en 1901 en Judith I, dando el rodeo al simbolismo- y la de la mujer lasciva, en la que el placer que desea comunicar se encuentra en sí misma (...) y supone un peligro para el hombre".Los especialistas consideran el Friso Beethoven como el punto de inflexión en la carrera de Klimt, tanto en su contenido como en su forma de plasmarlo. Las figuras planas dominan el conjunto, apartándose del naturalismo imperante para tender a la bidimensionalidad, siguiendo la estampa japonesa ; algunos elementos se estilizan al máximo y casi se simplifican como meros dibujos; emplea asiduamente el dorado, especialmente en este último panel, creando un efecto decorativista que se continuará en trabajos posteriores, culminando en el retrato de Adele Bloch-Bauer I .
Podemos aludir a la influencia bizantina , concretamente de los mosaicos de la iglesia de San Vitale de Ravena que tanto llamaron su atención, en referencia a esta actitud decorativista que se convertirá en símbolo de su producción. El empleo de diversos materiales le relaciona también con los trabajos de los Talleres de Viena y la filosofía de arte total que estos talleres propugnaban.Cuando la exposición finalizó, el 27 de junio de 1903, la estatua de Beethoven realizada por Klinger se envió a Leipzig y los frescos que adornaban las salas del edificio de la Secession se destruyeron, excepto el friso de Klimt ya que iba a participar en la XVIII Exposición del grupo dedicada precisamente a este pintor. Tras la exhibición, el friso se cortó en ocho piezas que fueron vendidas a coleccionistas particulares. El conjunto fue adquirido por August Lederer en 1915 y en 1973 pasó a ser de titularidad pública, exponiéndose por primera vez en 1985, exhibiéndose en la actualidad en la Casa de la Secession.