Altamira. Neocueva. Cabeza de bóvido
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La Sala de Polícromos de la Cueva de Altamira fue durante el Paleolítico Superior un santuario cuyo ambiente oscuro necesitó luz artificial para realizar las pinturas. Los artistas se iluminaron con lámparas alimentadas con grasa animal. En esta sala de la cueva aparecen manifestaciones artísticas de diversos momentos del Paleolítico Superior. Se distinguen varias superposiciones que denotan que su realización se llevó a cabo en diversas etapas. Las representaciones comprenden una amplia variedad de temas del arte paleolítico: animales, signos y antropomorfos. Al conjunto de pinturas del periodo Magdaleniense, en torno a 14.500 años, corresponden los bisontes polícromos, representados en diferentes posturas y actitudes. Forman parte también de este conjunto dos caballos, una cierva y una impresionante cabeza de uro o toro del Paleolítico ya extinguido. También se conservan gran cantidad de grabados, entre los que destaca la figura completa de un impresionante ciervo en actitud de bramar y algunas cabezas de cápridos y cérvidos de gran belleza.