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Datos principales


Rango

Renacimiento Español

Desarrollo


El fenómeno plateresco se desarrolla desigualmente en el ámbito territorial español, alcanzando especial auge en el dilatado marco del antiguo reino castellanoleonés y comarcas fronterizas. Esta implantación geográfica es en esencia concordante con la que corresponde a la más decorativa arquitectura hispanoflamenca. Raros son los ejemplos arquitectónicos de sabor plateresco en territorio catalán o levantino, donde la continuidad de lo gótico es notable, y aquéllos que sobresalen se deben a influencias aragonesas o castellanas, fruto de una irradiación artística que alcanzó más cumplida expresión en Hispanoamérica (catedral de Santo Domingo; iglesias de Cuitzeo o Yuriria). Tanto por la dificultad de deslindar tendencias y momentos, como por la dispar valoración que la definición y denominación de éstos merece, no hay general concordancia en la periodización de la arquitectura española del Renacimiento. En realidad los solapamientos de tendencias y aun el bilingüismo estilístico están a la orden del día, y carece de sentido establecer rígidas delimitaciones. Cabe hablar empero de una primera corriente protorrenacentista que se inicia por 1488 y llega hasta 1520, plasmada en obras de una cierta sobriedad ornamental y fuerte influencia cuatrocentista, en las que intervienen con frecuencia artistas italianos. Otra es aquélla que, nacida de la voluntad de renovación en estructuras de concepción gótica, se afinca en la primacía de lo decorativo, cuya dilatada existencia discurre entre principios de siglo y los años cuarenta, prolongándose en algunos centros menores hasta fechas muy tardías; y el llamado estilo ornamentado es aquel en el que este mismo repertorio, depurado ya de adherentes góticos y mudéjares, es parte integrante de una arquitectura creada con criterios renacentistas, aunque rara vez con un rigor vitruviano.

Corresponde éste a nuestros grandes maestros (Covarrubias, Silóe, Vandelvira), y se inicia por 1526 para alcanzar hasta la década de los sesenta. En todas estas tendencias surgen las fantasías platerescas, pero sólo en las creaciones arquitectónicas de los dos primeros grupos el carácter renacentista de las construcciones se cifra en los aspectos ornamentales. Es oportuno establecer que en el primer momento de lo que en puridad podemos llamar Plateresco los motivos decorativos muestran evidente equilibrio, limitación temática y planitud, extendiéndose como un tapiz envolvente, características que a partir de la tercera década se tornan en desaforado dinamismo y desbordamiento, creciente carnosidad y auténtica euforia figurativa bajo el primado de las formas agrutescadas, observándose sensibles variaciones en las distintas escuelas regionales.

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