Place Véndôme

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Datos principales


Fecha

1685

Autor

Jules-Hardouin Mansart

Lugar

París

Localización

París

Localización


Desarrollo


Junto a la Place des Victoires, la otra gran plaza parisina construida en el reinado de Luis XIV fue la Place Véndôme o Place Louis Le Grand, que se convirtió en el centro de los nuevos barrios al oeste de la ciudad. Hacia el año 1680 concibió Louvois la construcción de aquella plaza, que estaría centrada por una monumental estatua de Luis XIV y en la que los edificios albergarían importantes instituciones, como serían las sedes de las Academias, la Biblioteca, la Real Casa de la Moneda y el Hôtel des Ambassadeurs Extraordinaires. Así, determinados ya a levantar aquel nuevo espacio urbano, favoreció su ubicación la posibilidad de compra en 1685 del hôtel del duque de Vendóme -hijo de Enrique IV y Gabriela de Estrées- que a la sazón estaba arruinado, y a cuyo solar se añadieron para ampliar la superficie de la futura plaza los terrenos del vecino convento de los capuchinos. El encargado de hacer el proyecto y llevar a cabo las obras fue Jules-Hardouin Mansart, quien comenzó sus labores en 1685 construyendo únicamente las fachadas de los edificios, que en su parte inferior se diseñaron con soportales. La parte por detrás de las fachadas no se edificó, ya que, con un sentido racional, se determinó que se hicieran posteriormente, para que pudieran adaptarse de forma más adecuada a las necesidades de la institución que fueran a acoger. De todas formas, tan buenas intenciones no sirvieron puesto que la falta de dinero obligó a cancelar el proyecto y se pasó a derribar las fachadas.

Muy pronto se reactivó la idea de construir la plaza, aunque con importantes cambios, pues a la reducción de dimensiones del primer proyecto se unía el que los edificios a construir tendrían ahora un carácter privado. El rey regalaba el terreno a la ciudad con la condición de que se construyeran las fachadas de acuerdo con el nuevo proyecto de Mansart en el que habían desaparecido los soportales. Por otro lado, ateniéndose a la primera intención se daba libertad a quienes compraran los solares, para que tras esas fachadas pudieran edificar sus viviendas con plena libertad en la disposición de los planos. Presenta la plaza una planta rectangular con las esquinas achaflanadas que prácticamente la convierten en un octógono irregular, lo que refuerza el carácter de ámbito cerrado de este espacio urbano. Sin embargo, en oposición a esta idea, y participando de ese gusto barroco por los elementos y las situaciones contrapuestas, atraviesa la plaza un eje longitudinal en dirección norte-sur que hoy en día une el Jardín de las Tullerías y la Opera, como antaño lo hacía con las iglesias de los capuchinos y de los bernardos y que, por tanto, tiende a romper el esquema cerrado del conjunto. No obstante, las intenciones originales han sido alteradas con el paso del tiempo por dos hechos fundamentales. Primero, porque la estatua ecuestre de Luis XIV como emperador romano realizada por Girardon fue destruida durante la Revolución y sustituida más tarde por Napoleón con la Columna de Austerlitz, y ésta, dado su monumental tamaño, resta algo del carácter concentrado de la primitiva plaza.

En segundo lugar está la circunstancia de que el eje que la atraviesa está actualmente desvirtuado, ya que casi se pierde en el infinito, mientras que, en su momento, poco después de atravesar la plaza era cortado por los edificios de unas calles transversales que lo cruzaban, lo cual proporcionaba una idea de espacio algo más cerrado a todo el conjunto que lo que hoy día podemos contemplar. Las fachadas se construyeron entre 1699 y 1708 siguiendo en general un esquema muy semejante al de la Place des Victoires, pero con un tratamiento más exquisito. Las proporciones son más esbeltas y los detalles más cuidados, con empleo de un orden corintio y un intento de evitar la monotonía de los grandes lienzos por medio de ressauts rematados con frontones triangulares.

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