Monasterio de Santo Toribio de Liébana

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Datos principales


Fecha

Siglos X-XIII

Autor

AUTOR ANONIMO,Anonymous artist

Lugar

Liébana

Localización

Liébana, Cantabria

Localización


Desarrollo


A escasos dos kilómetros de Potes, en el corazón de la comarca de Liébana, se alza, majestuoso, este monasterio. A esta zona de los montes de la Viorna se retiró, ya en el siglo VI, un monje llamado Toribio, a la sazón obispo de Palencia, para dirigir una comunidad eremítica. Será con la repoblación del territorio de Liébana, efectuado por el rey Alfonso I, cuando se funde el monasterio dedicado a San Martín de Turieno, con el tiempo convertido en Santo Toribio de Liébana ya que desde mediados del siglo VIII reposaron aquí los restos de Toribio, obispo de Astorga en el siglo V, y las reliquias del Lignum Crucis traídas por éste desde Jerusalén. Las primeras edificaciones corresponderían a un estilo sencillo, relacionado con el prerrománico asturiano. Sin embargo, la expansión económica que experimenta el monasterio a lo largo de los siglo X y XI permitirá la construcción de una nueva iglesia, en el año 1265. El nuevo templo sigue los dictados del gótico cisterciense: tres naves de similar altura cubiertas con bóvedas de crucería y una cabecera de tres ábsides poligonales. La escasez decorativa del conjunto contrasta con los capiteles, en los que se representan cabezas humanas y de animales. En la fachada meridional se conservan las dos portadas, siendo la principal la más amplia. Está configurada por una arco apuntado circundado por arquivoltas, sostenidas por capiteles historiados que aluden a los Sacramentos. A la derecha de este vano, junto a un contrafuerte, se abrió la Puerta del Perdón, que sólo se atraviesa durante los años jubilares.

La maciza torre de campanas, donde se halla el coro, se alza a los pies de la iglesia. Junto a los ábsides se encuentran las arquerías apuntadas del atrio que dan paso al claustro. Construido en el siglo XVII siguiendo el estilo herreriano, en su entrada podemos observar el relieve que representa a Beato en su scriptorium, obra de Jesús Otero. Y es que la figura de este monje será fundamental para la cultura medieval, al escribir el "Comentario al Apocalipsis" que posteriormente será ilustrado en diferentes scriptorium medievales, dando lugar a los famosos "Beatos". En el interior del templo tenemos que destacar la imagen de Nuestra Señora de los Ángeles (siglo XVI); la estatua de Santo Toribio, tallada en madera y que aún conserva la policromía original; y la Capilla del Lignum Crucis, mandada construir en el siglo XVIII por don Francisco Gómez de Otero y Cossío, arzobispo de Santa Fe de Bogotá. En la capilla conviene destacar la profusa decoración de la cúpula con amorcillos, guirnaldas, motivos heráldicos, elementos de la Pasión de Cristo y los Evangelistas. El camarín que cobija el Lignum Crucis que da nombre a la capilla es obra de fray Pedro Martínez de Cardeña , fechado hacia 1705. La decadencia de la fundación monástica empieza durante la Edad Moderna y continúa hasta la Desamortización de Mendizabal, en el siglo XIX. El ruinoso edificio fue restaurado en 1961, haciéndose cargo del cenobio una comunidad de padres franciscanos.

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