El Barco de Avila

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Datos principales


Tipo

Pueblo o ciudad

Antecesor

Avila (provincia)

Localización


Desarrollo


La localidad de El Barco de Ávila se encuentra enclavada en las estribaciones de la Sierra de Gredos, conformando un bonito conjunto de alto valor histórico y artístico. Parece ser que los primeros habitantes del lugar fueron el pueblo pre-romano de los vetones, quienes levantaron un castro en una colina que domina el Tormes. Más tarde, al llegar los romanos, éstos construyeron un puente para unir esta zona con la calzada que comunicaba las tierras extremeñas con el norte. La etapa andalusí dejó en la zona algunos topónimos, si bien mucho más importantes fueron las novedades introducidas por los musulmanes en cuanto a las técnicas agrícolas, especialmente las de regadío. En esta época se cavaron numerosos pozos, con la misión de proveer de agua dulce a las casas del núcleo urbano. Se ha documentado también la existencia de un importante contingente de población judía. Tras la reconquista cristiana, Alfonso VIII concedió a la población un Fuero, del que algunas fuentes dicen que fue llevado a Francia por las tropas de Napoleón. Los últimos siglos de la Edad Media vieron surgir algunas edificaciones representativas, como la iglesia de la Asunción, del siglo XIII, la muralla -de la que es de destacar su puerta del Ahorcado-, el puente sobre el Tormes y, singularmente, el castillo, llamado de Valdecorneja y construido en el siglo XV. Algunos documentos relacionan El Barco de Ávila con el descubrimiento y colonización de América.

Parece ser que en la nao Santa María viajó un marinero aquí nacido, de nombre Juan del Barco. También de por aquí fue Pedro de La Gasca o Lagasca, quien fue enviado por la monarquía española al Perú para lograr su pacificación. Finalmente, otro ilustra personaje relacionado con El Barco -aunque no tan específicamente como los anteriores con el descubrimiento de América- es nada menos que el emperador, Carlos V, quien pasó por aquí en su viaje hacia Yuste, donde descansaría definitivamente. Hoy en día, El Barco de Ávila es un bonito pueblo que vive en gran medida del turismo, atraído tanto por la belleza de sus monumentos y paisaje como por su exquisita gastronomía, en la que sin duda ocupan un lugar destacado las famosas judías de El Barco.

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