Gótico Lineal

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Datos principales


Estilo

Gótico Francés

Desarrollo


Durante el siglo XIII el núcleo conocido como l'Ile de France concentró en sus tierra la mejor producción artística de toda Francia. Sus pintores aprovecharon otros estilos, como pueden ser el Duocento italiano o el arte bizantino, para refrescar sus criterios estéticos. De los italianos toman el clasicismo de las figuras y las composiciones. De los bizantinos, el ordenamiento simétrico, la elegancia y el recargamiento lujoso de las imágenes. Otros referentes estéticos de gran peso fueron las vidrieras, influidas a su vez por modelos británicos, muy lineales y sinuosos. También las miniaturas, con similares características. La pintura se desarrolló en talleres cortesanos y monásticos, lo que favoreció la diversidad de clientes y por tanto, la diversidad del gusto. La vidriera se trataba desde el siglo XII, durante el Protogótico, en un estilo arcaizante próximo a las posturas románicas. A mediados del siglo XII el abad Suger, promotor de la abadía de Saint Denis y figura relevante dentro de la corte, fijó un nuevo estilo en los diseños de los rosetones de la mencionada abadía. Estos modelos sirvieron para la gran obra del momento, las vidrieras de la catedral de Chartres, de las que destaca por su singular belleza Notre Dame de la Belle Verrière, una impresionante imagen de la Virgen. Los vidrios que conforman estos cuadros cristalinos son todavía de pequeño tamaño por dificultades técnicas, sujetos a emplomados muy recios, lo cual condicionaba el paso de la luz, el color plano del vidrio y la descomposición de la figura.

Respecto a la miniatura, se cultivó principalmente en los monasterios por tradición, pero el impulso más novedoso lo encontró en los recién creados escritorios regios (insertos en los palacios) y universitarios (que se ubicaban en las catedrales). La producción de estos últimos, a diferencia de los monasterios, se dedicaba a una clientela cortesana, principesca, que demandaba modelos refinados, sofisticados y elegantes. Uno de los hitos de la miniatura francesa tuvo lugar a principios del siglo XIII, cuando se estableció una colonia de iluminadores normandos, que trabajaron tanto en Francia como en Inglaterra, con lo cual se estableció un fluido intercambio con el Gótico Inglés: rasgos bizantinos, románicos, linealismo y el típico fondo de retícula que aparece en las obras inglesas. Los libros más cotizados eran los salterios, de los cuales destacan el Salterio de Ingeburgo, el de la Reina Blanca de Castilla y el Salterio de San Luis.

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