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Datos principales
Desarrollo
La tradición señala que el primer rey fue Rómulo , hijo de Marte y rey en cierto modo mítico, al que había correspondido crear el primer ordenamiento político de la ciudad. Es además el rey epónimo, pues su nombre significa Romano. De él nos dicen las fuentes que, después de fundar la ciudad, habría buscado incrementar el número de sus súbditos por dos procedimientos: abriendo un asilo o refugio sobre la colina del Capitolio, donde se establecieron gentes marginadas de otras comunidades y comerciantes extranjeros, y raptando mujeres sabinas. Este último episodio se sitúa durante la celebración de las fiestas en honor del dios Conso, a las que habían acudido muchos sabinos y gentes de otros pueblos vecinos. Los hombres de Rómulo se apoderaron de sus mujeres. Tito Tacio, rey del pueblo sabino de Curi asaltó Roma y tomó el Capitolio. Posteriormente, ambas aldeas se fusionaron y llegaron a constituirse en una sola ciudad con dos reyes hasta la muerte de Tito Tacio. A través de este relato apreciamos el carácter abierto de la ciudad de Roma desde sus inicios. Individuos de distintos lugares y condiciones se acogieron al derecho de asilo que la tradición atribuye a Rómulo. Así, el sucesor de éste, Numa Pompilio , era un sabino , como también lo fueron Tulio Hostilio y Anco Marcio . Esto viene a probar la presencia de un importante número de sabinos en la Roma de los comienzos y, probablemente, la fusión inicial de dos comunidades distintas: la del Palatino, núcleo original de la ciudad, y tal vez la del Quirinal, ya que existen justificadas teorías sobre la existencia en esta colina de un poblado de sabinos emigrados del interior apenínico.
Algunos de los ritos, cultos y costumbres sabinas pasaron a formar parte del patrimonio cultural romano desde épocas muy arcaicas. Por ejemplo, el culto al dios sabino Quirino, identificado por los romanos a veces con Marte y a veces con el divinizado Rómulo. Esta dualidad parece corresponderse con la existencia muy temprana de colegios sacerdotales dobles como los Luperci Quinctiales y los Fabiani. La existencia de las tres tribus primitivas -Ramnes, Tities y Luceres- y de triadas divinas , como Júpiter, Marte y Quirino, que es la más antigua, podría relacionarse con la anexión de una tercera colina, tal vez el Aventino, a la que, según la leyenda, se retiraría Remo , el hermano y rival de Rómulo. El Aventino fue también el centro de los cultos de la plebe romana durante las luchas patricio-plebeyas de los primeros tiempos de la República. Posteriormente, el número pasará a cuatro, con la anexión tal vez del Celio y así hasta culminar el proceso de unificación de las aldeas de las siete colinas. Aunque el proceso ordenado de la unificación de las colinas no puede establecerse con seguridad, sí sabemos con certeza que se fue produciendo un fenómeno de sinecismo entre las comunidades asentadas en las distintas colinas y que el núcleo primitivo de la ciudad fue el Palatino, tal como confirma la tradición y los hallazgos arqueológicos. Por esta razón, algunos historiadores dan a Rómulo el sorprendente pero preciso título de rey del Palatino, por ser esta colina el núcleo embrionario de la ciudad y porque ésta aún no se llamaba, casi con seguridad, Roma.
El historiador Aulo Gelio dice expresamente que "el más antiguo pomerio, que fue creado por Rómulo, terminaba en la parte baja del monte Palatino". El pomerio (igual a post murum) era el límite de la inicial ciudad palatina. Si atendemos a la tradición, esta debía quedar protegida por algún tipo de muro o fortificación, ya que se ha conservado el recuerdo de dos puertas de la ciudad: la Mugonia y la Romanula, hacia el Oeste, o sea hacia el Rumón, que era la antigua denominación del Tíber y el auténtico origen del nombre de la ciudad. La tradición atribuye unas funciones concretas y específicas a cada uno de los primeros cuatro reyes. Así, Rómulo aparece como el fundador de la ciudad y el que instauró no sólo la institución monárquica, sino también los primeros órganos de gobierno: el Senado y las Curias. Numa Pompilio habría sido el artífice de las instituciones sociales y religiosas de la ciudad. Se le atribuye la creación de colegios sacerdotales , además de la reforma del calendario. Tulio Hostilio y Anco Marcio son presentados con funciones principalmente guerreras. Al primero se le atribuye la destrucción de Alba Longa y la creación de una curia destinada a la actividad jurídica, que fue llamada Curia Hostilia. Anco Marcio habría eliminado las aldeas situadas inmediatamente al sur de Roma (Politoro, Ficana...). Se le atribuye también la creación de unas salinas en Ostia y la construcción del primer puente de madera sobre el vado del río Tíber, el Pons Sublicius. Si tales actividades fueran ciertas, éstas habrían obedecido sin duda al incremento y la seguridad del tráfico como consecuencia del control de las salinas situadas en la desembocadura del Tíber.
Algunos de los ritos, cultos y costumbres sabinas pasaron a formar parte del patrimonio cultural romano desde épocas muy arcaicas. Por ejemplo, el culto al dios sabino Quirino, identificado por los romanos a veces con Marte y a veces con el divinizado Rómulo. Esta dualidad parece corresponderse con la existencia muy temprana de colegios sacerdotales dobles como los Luperci Quinctiales y los Fabiani. La existencia de las tres tribus primitivas -Ramnes, Tities y Luceres- y de triadas divinas , como Júpiter, Marte y Quirino, que es la más antigua, podría relacionarse con la anexión de una tercera colina, tal vez el Aventino, a la que, según la leyenda, se retiraría Remo , el hermano y rival de Rómulo. El Aventino fue también el centro de los cultos de la plebe romana durante las luchas patricio-plebeyas de los primeros tiempos de la República. Posteriormente, el número pasará a cuatro, con la anexión tal vez del Celio y así hasta culminar el proceso de unificación de las aldeas de las siete colinas. Aunque el proceso ordenado de la unificación de las colinas no puede establecerse con seguridad, sí sabemos con certeza que se fue produciendo un fenómeno de sinecismo entre las comunidades asentadas en las distintas colinas y que el núcleo primitivo de la ciudad fue el Palatino, tal como confirma la tradición y los hallazgos arqueológicos. Por esta razón, algunos historiadores dan a Rómulo el sorprendente pero preciso título de rey del Palatino, por ser esta colina el núcleo embrionario de la ciudad y porque ésta aún no se llamaba, casi con seguridad, Roma.
El historiador Aulo Gelio dice expresamente que "el más antiguo pomerio, que fue creado por Rómulo, terminaba en la parte baja del monte Palatino". El pomerio (igual a post murum) era el límite de la inicial ciudad palatina. Si atendemos a la tradición, esta debía quedar protegida por algún tipo de muro o fortificación, ya que se ha conservado el recuerdo de dos puertas de la ciudad: la Mugonia y la Romanula, hacia el Oeste, o sea hacia el Rumón, que era la antigua denominación del Tíber y el auténtico origen del nombre de la ciudad. La tradición atribuye unas funciones concretas y específicas a cada uno de los primeros cuatro reyes. Así, Rómulo aparece como el fundador de la ciudad y el que instauró no sólo la institución monárquica, sino también los primeros órganos de gobierno: el Senado y las Curias. Numa Pompilio habría sido el artífice de las instituciones sociales y religiosas de la ciudad. Se le atribuye la creación de colegios sacerdotales , además de la reforma del calendario. Tulio Hostilio y Anco Marcio son presentados con funciones principalmente guerreras. Al primero se le atribuye la destrucción de Alba Longa y la creación de una curia destinada a la actividad jurídica, que fue llamada Curia Hostilia. Anco Marcio habría eliminado las aldeas situadas inmediatamente al sur de Roma (Politoro, Ficana...). Se le atribuye también la creación de unas salinas en Ostia y la construcción del primer puente de madera sobre el vado del río Tíber, el Pons Sublicius. Si tales actividades fueran ciertas, éstas habrían obedecido sin duda al incremento y la seguridad del tráfico como consecuencia del control de las salinas situadas en la desembocadura del Tíber.