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Datos principales
Rango
Neolítico
Desarrollo
En Cataluña, el desigual y en general deficiente conocimiento del Mesolítico local ha impedido hasta la actualidad observar el fenómeno de transición de manera detallada. Los dos yacimientos que en su día ofrecieron posibilidades, Bauma de l'Espluga (Barcelona) y Cova del Filador (Tarragona), impiden en el estado actual de la investigación una posible explicación coherente. El inicio de las actividades productoras y demás signos de cambio cultural se atestigua en el horizonte neolítico antiguo , representado por el desarrollo de las cerámicas con decoraciones cardiales y su posterior evolución. Los estudios analíticos de los materiales cerámicos y la progresiva generalización de las dataciones han permitido diferenciar una subdivisión de este horizonte reconociéndose una etapa antigua, de tipo propiamente cardial, que en el estado actual de la documentación cubriría la mayor parte del V milenio, y otra, de tipo evolucionado, que englobaría la primera mitad del IV milenio. La documentación de la fase más antigua es aún deficiente mientras que el gran desarrollo de la investigación en los últimos años ha permitido avances importantes para el conocimiento del Neolítico Antiguo Evolucionado. El estudio tipológico y la aplicación de los modelos evolutivos cerámicos de las zonas del sureste francés han permitido diferenciar estilos cerámicos individualizados como el Epicardial, el Montboló y el Molinot principalmente.
La caracterización de estos registros como sinónimos de grupos culturales o de fases cronológicas y geográficas es aún problemática, pero permiten observar un fenómeno paralelizable al resto de Europa , como es la progresiva regionalización de los estilos cerámicos fruto de la consolidación y progresiva expansión de las nuevas prácticas económicas y sociales. Cronológicamente parece observarse, desde finales del V milenio, una primera fase (Epicardial) con la práctica desaparición de las decoraciones propiamente cardiales y un aumento de las decoraciones en relieve o impresiones de tipo variado, y una segunda etapa, más tardía (Postcardial), donde se desarrollarían estilos regionales, entre los cuales hay que destacar la progresiva aparición de cerámicas lisas. El conocimiento para estas tres fases es desigual, si bien no parecen existir rupturas importantes en las evidencias. El hábitat está caracterizado por una dualidad de tipos de ocupación (asentamientos al aire libre y ocupación de cavidades o abrigos cársticos), hallándose en fase de estudio el modelo a través del cual se plantea que las ocupaciones en cavidades naturales, situadas en ecosistemas montañosos, puedan tener un carácter complementario respecto a los hábitats al aire libre de las tierras bajas. Entre los yacimientos más significativos para este horizonte se hallan, como asentamientos al aire libre, el de Guixeres de Vilobí (Barcelona) y las cuevas del Bolet (Mediona, Barcelona), Cova Freda y Gran en el macizo de Montserrat o Cova del Parco (Alòs de Balaguer) para la fase más arcaica, mientras que para las fases recientes destacan los poblados al aire libre de Barranc del Fabra (Amposta, Tarragona), Timba del Barreny (Salou, Tarragona), La Draga (Banyoles, Girona), Plansallossa (Olot, Girona) o las cavidades de la Font del Molinot (Pontons, Barcelona), Cova 120 (Olot, Girona), Cova del Tou (Moià, Barcelona), etc.
Las aportaciones de los trabajos realizados en el País Valenciano se caracterizan por una documentación rica y que ha sido estudiada de manera exhaustiva, sobre todo en lo que se refiere al análisis del registro material. El estudio de unos yacimientos significativos han permitido caracterizar un proceso de transición o neolitizador de las comunidades cazadoras y recolectoras. En efecto, el análisis del registro arqueológico ha permitido observar la existencia sincrónica de grupos de cazadores-recolectores de tradición epipaleolítica (reciente o geométrico de facies Cocina) y grupos plenamente neolíticos. Así pues, yacimientos como el de la Cueva de la Cocina (Dos Aguas, Valencia) han proporcionado, en el contexto de los niveles epipaleolíticos (tecnología y economía depredadora de amplio espectro), materiales neolíticos como cerámicas y piedra pulida; contrariamente, yacimientos clave como la Cova de l'Or (Beniarrés, Alicante), Cova de la Sarsa (Bocairent, Valencia) y Cova de les Cendres (Moraira, Alicante) presentan una secuencia claramente adscribible al Neolítico Antiguo del V-IV milenios, con una economía de producción que aparece plenamente formada sin huellas de evolución autóctona (cultivo de cereales, domesticación de ovicápridos...) y con un equipamiento tecnológico totalmente nuevo (cerámica, industria lítica y ósea). Este registro ha permitido desarrollar la hipótesis de la dualidad cultural expuesta anteriormente. Algunos autores han propuesto una interpretación alternativa, según la cual estas diferencias serían el resultado de adaptaciones distintas a territorios ecológicos concretos.
En este contexto también cabe hacer mención de algunos yacimientos problemáticos, como, por ejemplo, el de la Cova Fosca (Ares del Maestrat, Castellón), donde a base de una serie de dataciones altas de C14 y a su posición estratigráfica, se ha propuesto la presencia de un nivel de cerámicas no cardiales para la fase inicial del Neolítico Antiguo y un proceso autóctono de domesticación de cápridos. Esta interpretación ha sido, no obstante, considerada por algunos investigadores como errónea o bien extremadamente excepcional: ningún yacimiento del área mediterránea presenta un nivel de estas características, sino en los niveles inmediatamente superiores al horizonte cardial (son los conjuntos tecno-culturales denominados postcardiales o epicardiales, según las zonas). La continuidad de los estudios ha permitido la proposición de una evolución de la fase del Neolítico Antiguo, así como un mejor conocimiento de las características del hábitat, ya no de unos yacimientos precisos, sino en un marco geográfico más amplio. El periodo ha sido definido en su conjunto como Neolítico I (5000-3500 a.C.), que J. Bernabeu divide en distintos horizontes, según los tipos de decoración cerámica y las dataciones de C14 correlacionadas con la estratigrafía de diversos yacimientos: - Horizonte de las cerámicas cardiales: Can Ballester (Castellón), Cova de l'Or y Cova de les Cendres (Alicante), etc. - Horizonte de las cerámicas incisas-impresas: Cova de l'Or, Cova de les Cendres, Cova Fosca.
.. Se acentúa la variabilidad de los conjuntos materiales en las distintas regiones. - Horizonte de las cerámicas lisas-cepilladas: tomando como ejemplo la Cova de les Cendres, podemos destacar una mayor variedad en los motivos decorativos. En el Bajo Aragón, basándonos en los resultados de una investigación más bien tardía (emprendida con fuerza a partir de mediados de los setenta), podemos observar un proceso similar y en relación al documentado en el País Valenciano, por lo que su problemática queda en la actualidad englobada en el conjunto del litoral mediterráneo peninsular. Un conjunto de tres yacimientos nos aporta datos sobre la presencia de grupos epipaleolíticos que practican actividades cinegéticas y recolectoras y que además adoptan diversos elementos tecnológicos característicos del Neolítico Antiguo (básicamente la cerámica cardial): Botiquería dels Moros (Mazaleón, Teruel), Abrigo de Costalena (Maella, Zaragoza), con una datación radiocarbónica del 4520 a.C., y Abrigo del Pontet (Maella, Zaragoza), también con una datación absoluta, por C14, del 4470 a.C. En el Alto Aragón se han identificado asentamientos plenamente neolitizados, crono-culturalmente y en cuanto al desarrollo de sus actividades económicas, entre los que destaca la Cueva de Chaves (Bastarás-Casbas): diversas fechas de C14 enmarcan los niveles cardiales sobre principios/mediados del V milenio, dataciones que se relacionan con los conjuntos de Cataluña. El equipamiento tecnológico es altamente característico: cerámica rica en formas y decoraciones del complejo cardial, industria lítica esencialmente laminar (componente geométrico reducido pero presente) y con retoque a doble bisel, elementos pulimentados, molinos, industria ósea típica (punzones, espátulas, cucharas) y objetos de adorno. Pero tampoco se puede exagerar el valor de estos nuevos elementos: por ejemplo, el índice significativo de soportes laminares en los instrumentos líticos tiene sus raíces en el Epipaleolítico de los grupos del interior (Costalena). Por lo que se refiere a la subsistencia, se documenta el predominio de la domesticación animal (ovicápridos, cerdo, bóvidos) frente a la caza, al margen de los elementos indirectos del registro arqueológico que muestran la existencia de prácticas agrícolas seguramente complementarias y menos desarrolladas.
La caracterización de estos registros como sinónimos de grupos culturales o de fases cronológicas y geográficas es aún problemática, pero permiten observar un fenómeno paralelizable al resto de Europa , como es la progresiva regionalización de los estilos cerámicos fruto de la consolidación y progresiva expansión de las nuevas prácticas económicas y sociales. Cronológicamente parece observarse, desde finales del V milenio, una primera fase (Epicardial) con la práctica desaparición de las decoraciones propiamente cardiales y un aumento de las decoraciones en relieve o impresiones de tipo variado, y una segunda etapa, más tardía (Postcardial), donde se desarrollarían estilos regionales, entre los cuales hay que destacar la progresiva aparición de cerámicas lisas. El conocimiento para estas tres fases es desigual, si bien no parecen existir rupturas importantes en las evidencias. El hábitat está caracterizado por una dualidad de tipos de ocupación (asentamientos al aire libre y ocupación de cavidades o abrigos cársticos), hallándose en fase de estudio el modelo a través del cual se plantea que las ocupaciones en cavidades naturales, situadas en ecosistemas montañosos, puedan tener un carácter complementario respecto a los hábitats al aire libre de las tierras bajas. Entre los yacimientos más significativos para este horizonte se hallan, como asentamientos al aire libre, el de Guixeres de Vilobí (Barcelona) y las cuevas del Bolet (Mediona, Barcelona), Cova Freda y Gran en el macizo de Montserrat o Cova del Parco (Alòs de Balaguer) para la fase más arcaica, mientras que para las fases recientes destacan los poblados al aire libre de Barranc del Fabra (Amposta, Tarragona), Timba del Barreny (Salou, Tarragona), La Draga (Banyoles, Girona), Plansallossa (Olot, Girona) o las cavidades de la Font del Molinot (Pontons, Barcelona), Cova 120 (Olot, Girona), Cova del Tou (Moià, Barcelona), etc.
Las aportaciones de los trabajos realizados en el País Valenciano se caracterizan por una documentación rica y que ha sido estudiada de manera exhaustiva, sobre todo en lo que se refiere al análisis del registro material. El estudio de unos yacimientos significativos han permitido caracterizar un proceso de transición o neolitizador de las comunidades cazadoras y recolectoras. En efecto, el análisis del registro arqueológico ha permitido observar la existencia sincrónica de grupos de cazadores-recolectores de tradición epipaleolítica (reciente o geométrico de facies Cocina) y grupos plenamente neolíticos. Así pues, yacimientos como el de la Cueva de la Cocina (Dos Aguas, Valencia) han proporcionado, en el contexto de los niveles epipaleolíticos (tecnología y economía depredadora de amplio espectro), materiales neolíticos como cerámicas y piedra pulida; contrariamente, yacimientos clave como la Cova de l'Or (Beniarrés, Alicante), Cova de la Sarsa (Bocairent, Valencia) y Cova de les Cendres (Moraira, Alicante) presentan una secuencia claramente adscribible al Neolítico Antiguo del V-IV milenios, con una economía de producción que aparece plenamente formada sin huellas de evolución autóctona (cultivo de cereales, domesticación de ovicápridos...) y con un equipamiento tecnológico totalmente nuevo (cerámica, industria lítica y ósea). Este registro ha permitido desarrollar la hipótesis de la dualidad cultural expuesta anteriormente. Algunos autores han propuesto una interpretación alternativa, según la cual estas diferencias serían el resultado de adaptaciones distintas a territorios ecológicos concretos.
En este contexto también cabe hacer mención de algunos yacimientos problemáticos, como, por ejemplo, el de la Cova Fosca (Ares del Maestrat, Castellón), donde a base de una serie de dataciones altas de C14 y a su posición estratigráfica, se ha propuesto la presencia de un nivel de cerámicas no cardiales para la fase inicial del Neolítico Antiguo y un proceso autóctono de domesticación de cápridos. Esta interpretación ha sido, no obstante, considerada por algunos investigadores como errónea o bien extremadamente excepcional: ningún yacimiento del área mediterránea presenta un nivel de estas características, sino en los niveles inmediatamente superiores al horizonte cardial (son los conjuntos tecno-culturales denominados postcardiales o epicardiales, según las zonas). La continuidad de los estudios ha permitido la proposición de una evolución de la fase del Neolítico Antiguo, así como un mejor conocimiento de las características del hábitat, ya no de unos yacimientos precisos, sino en un marco geográfico más amplio. El periodo ha sido definido en su conjunto como Neolítico I (5000-3500 a.C.), que J. Bernabeu divide en distintos horizontes, según los tipos de decoración cerámica y las dataciones de C14 correlacionadas con la estratigrafía de diversos yacimientos: - Horizonte de las cerámicas cardiales: Can Ballester (Castellón), Cova de l'Or y Cova de les Cendres (Alicante), etc. - Horizonte de las cerámicas incisas-impresas: Cova de l'Or, Cova de les Cendres, Cova Fosca.
.. Se acentúa la variabilidad de los conjuntos materiales en las distintas regiones. - Horizonte de las cerámicas lisas-cepilladas: tomando como ejemplo la Cova de les Cendres, podemos destacar una mayor variedad en los motivos decorativos. En el Bajo Aragón, basándonos en los resultados de una investigación más bien tardía (emprendida con fuerza a partir de mediados de los setenta), podemos observar un proceso similar y en relación al documentado en el País Valenciano, por lo que su problemática queda en la actualidad englobada en el conjunto del litoral mediterráneo peninsular. Un conjunto de tres yacimientos nos aporta datos sobre la presencia de grupos epipaleolíticos que practican actividades cinegéticas y recolectoras y que además adoptan diversos elementos tecnológicos característicos del Neolítico Antiguo (básicamente la cerámica cardial): Botiquería dels Moros (Mazaleón, Teruel), Abrigo de Costalena (Maella, Zaragoza), con una datación radiocarbónica del 4520 a.C., y Abrigo del Pontet (Maella, Zaragoza), también con una datación absoluta, por C14, del 4470 a.C. En el Alto Aragón se han identificado asentamientos plenamente neolitizados, crono-culturalmente y en cuanto al desarrollo de sus actividades económicas, entre los que destaca la Cueva de Chaves (Bastarás-Casbas): diversas fechas de C14 enmarcan los niveles cardiales sobre principios/mediados del V milenio, dataciones que se relacionan con los conjuntos de Cataluña. El equipamiento tecnológico es altamente característico: cerámica rica en formas y decoraciones del complejo cardial, industria lítica esencialmente laminar (componente geométrico reducido pero presente) y con retoque a doble bisel, elementos pulimentados, molinos, industria ósea típica (punzones, espátulas, cucharas) y objetos de adorno. Pero tampoco se puede exagerar el valor de estos nuevos elementos: por ejemplo, el índice significativo de soportes laminares en los instrumentos líticos tiene sus raíces en el Epipaleolítico de los grupos del interior (Costalena). Por lo que se refiere a la subsistencia, se documenta el predominio de la domesticación animal (ovicápridos, cerdo, bóvidos) frente a la caza, al margen de los elementos indirectos del registro arqueológico que muestran la existencia de prácticas agrícolas seguramente complementarias y menos desarrolladas.