Las catedrales del norte de Francia
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Datos principales
Rango
arquitectura
Desarrollo
Desde Chartres , las experiencias llevadas a cabo en su iglesia se hacen extensibles a un buen número de las catedrales que se elevan con posterioridad en el norte de Francia: Bourges, que quizás por sus trazos originales se separa más de ella, Reims, Amiens, Beauvais, y también Notre-Dame -de París.La magnífica catedral de Bourges se halla también entre los edificios más sobresalientes del siglo XIII. A pesar de su construcción lenta (se comienza hacia 1172 pero se concluye dentro ya del siglo XVI), el plano previsto inicialmente no se modifica y, por lo tanto, en su estado actual es sin duda, por sus dimensiones, el más ambicioso erigido en Francia durante el gótico. A pesar de sus rasgos originales, que suponen el avance por una vía distinta, depende de las experiencias llevadas a término en Chartres.Combina, junto a caracteres de gran modernidad, otros más arcaizantes. Entre los primeros, destaca su original organización del muro interior que visualmente simula la superposición de cinco niveles, cuando en realidad existen los tres genéricos. Esto sucede merced a la altura de la nave central y de los arcos formeros que la separan de las laterales, pues permite obtener desde ésta una perspectiva inusual. Evidentemente esta particularidad es única en Bourges. También es muy original la solución adoptada en las capillas del deambulatorio, a causa de la existencia de la cripta y, asimismo, ya en el exterior, los arbotantes extraordinariamente inclinados, explicables por el gran desnivel existente entre la altura de la nave mayor y las laterales.
Entre los rasgos arcaizantes, quizá el que más sorprende es el tamaño relativamente reducido de las ventanas, en un edificio en el que indudablemente todo se ha pensado y medido muy cuidadosamente.La catedral de Reims tenía, como Saint-Denis, un profundo significado para la monarquía francesa. Si esta segunda era la sede del panteón dinástico y el lugar donde se custodiaban los símbolos del poder, los "Regalia", en la primera se coronaban los reyes.También un incendio, como en Chartres, en Amiens y otras muchas iglesias francesas, cuando corría el año 1210, motivó la reconstrucción de la catedral. Iniciada sólo un año después (en 1211 se coloca la primera piedra), se materializó en cien años. En 1311 parece ser que la fábrica ya estaba concluida. A diferencia de otros edificios contemporáneos, en éste se conocen los nombres de los arquitectos que se sucedieron en la dirección de la obra. Los proporcionó el laberinto que ornó el pavimento de la nave central y que fue destruido al sustituirse el original por otro nuevo en el siglo XVIII. Gracias a un dibujo sabemos que trabajaron en Reims, y en este orden: Jean d'Orbais, Jean le Loup, Gaucher de Reims y Bemard de Soissons. En el laberinto venía especificada la labor ejecutada por cada uno de ellos. Así el primero fue artífice de la planta y de los trabajos iniciales en el ala oriental hasta el transepto, el segundo terminó el coro y edificó los fundamentos del cuerpo principal del edificio, el hastial occidental y las torres; el tercero intervino en las tres puertas abiertas a los pies del edificio y el último construyó varias bóvedas (cinco en total) y el gran rosetón de los pies.
La planta de Reims muestra, como rasgo más sobresaliente, la hipertrofia de la cabecera que hemos señalado como una de las particularidades de algunas iglesias francesas del siglo XIII, aunque aquí llega a ocupar la mitad justa de todo el edificio. En el resto de la construcción se siguen las pautas habituales. Tiene tres naves, transepto también de tres naves y, en su alzado, el muro interior presenta los tres niveles canónicos: arco, triforio y ventana.La catedral románica de Amiens fue también pasto de las llamas en 1218 y se procedió a su reconstrucción. Al contrario que otros edificios, en éste, las obras avanzaron desde los pies hacia la cabecera. En 1236 la fachada occidental estaba completamente terminada y en 1269 lo estaba el coro. Un laberinto reproducido en el pavimento de la iglesia, proporciona de nuevo el nombre de los arquitectos que dirigieron los trabajos. Se trata de Robert de Luzarches , Thomas de Cormont y Renaud de Cormont, por este orden.Amiens se dice que es la academia del modelo arquitectónico del norte. Por su planta y otros muchos elementos, tiene bastante en común con Reims, pero si hubiera que señalarse una característica original en el edificio, sería sin duda el vaciado del triforio, en la zona del presbiterio, que hasta entonces había sido un nivel opaco entre las ventanas de las capillas bajas y las vidrieras superiores.La catedral gótica de Beauvais se reconstruye también a causa de un incendio, hacia 1225.
Ya nos hemos referido a ella por cuanto supone el punto final en la experimentación que lleva implícita el gótico. El derrumbe de la bóveda mayor que se había elevado hasta los 48 metros en 1284, supuso el fin de las audacias que los arquitectos habían convertido en moneda corriente en este género de edificios.La fábrica actual de Notre-Dame de París , fue comenzada en 1163. Se optó por una estructura simple, en la misma línea que la catedral de Laon, su más directo precedente: cinco naves que en la zona de la cabecera generan doble deambulatorio, y transepto no marcado hacia el exterior. Las obras avanzaron con cierta rapidez y en las proximidades de 1200 se inició la fachada occidental, concluida hacia 1245.En época de san Luis, a mediados del siglo XIII, y de la mano de dos de los arquitectos más reputados del momento: Jean Chelles y Pierre de Montreuil , se realiza en la catedral una reforma importante. Primero, se añade una línea de capillas entre los contrafuertes del lado norte, y, después, se prolongan los dos brazos del transepto hacia el exterior, dotándolos de nuevas portadas y de los espectaculares rosetones.Aunque todas las fábricas que hemos visto, constituyen con Notre-Dame de París y algún otro ejemplo, un grupo muy unitario dentro de la arquitectura del norte de Francia, este modelo irradió, de la mano de determinados arquitectos, también hacia Borgoña y hacia la Francia meridional , donde se desarrollaba, a finales del siglo XIII, una arquitectura muy original, basada en planteamientos radicalmente distintos.
La catedral de Auxerre es testimonio de ello, como lo son, en el centro y este de Francia, las de Limoges y Clermont, o, ya en el sur, las de Rodez, Narbona, o Saint-Nazaire de Carcasona. Los arquitectos Jean Deschamps y su hijo Pierre, fueron en parte los artífices de esta expansión, pues intervienen en varias de estas fábricas meridionales.La experimentación arquitectónica condujo, desde mediados del siglo XII, a la elevación de las bóvedas y al vaciado de los muros, merced a la concentración de los empujes en puntos muy concretos de la estructura. Esto permitió evolucionar hacia estructuras diáfanas entre las que son paradigmáticos edificios como la Sainte-Chapelle o Saint-Urban de Troyes. Probablemente, las construcciones de formato medio sirvieron mucho mejor que las monumentales, para desarrollar hasta sus últimas consecuencias esta vía y los dos ejemplos enumerados lo confirman.La capilla del Palacio Real de París fue edificada durante el reinado de san Luis con un fin muy preciso: custodiar en su interior una de las reliquias más preciadas de la cristiandad, la corona de espinas de Jesucristo. Aunque presenta dos niveles, sólo la iglesia alta estaba directamente implicada en este cometido, y es en ella donde se lleva hasta sus máximas consecuencias la estructura diáfana a la que aludíamos. Todos sus elementos están subordinados a la función de relicario que debía ejercer la fábrica. De una sola nave, la zona presbiterial estaba presidida por la sagrada reliquia y a su alrededor se distribuían, como ahora, los vitrales y las figuras de los doce Apóstoles (en alto y apoyados contra los pilares que separan las ventanas) con los símbolos de la Pasión en sus manos. El espacio interior de esta construcción es uno de los que más subyuga de todo el gótico. Los vidrios de colores logran variar radicalmente el ambiente y es acusada la sensación de habitar dentro de un mundo transmutado.
Entre los rasgos arcaizantes, quizá el que más sorprende es el tamaño relativamente reducido de las ventanas, en un edificio en el que indudablemente todo se ha pensado y medido muy cuidadosamente.La catedral de Reims tenía, como Saint-Denis, un profundo significado para la monarquía francesa. Si esta segunda era la sede del panteón dinástico y el lugar donde se custodiaban los símbolos del poder, los "Regalia", en la primera se coronaban los reyes.También un incendio, como en Chartres, en Amiens y otras muchas iglesias francesas, cuando corría el año 1210, motivó la reconstrucción de la catedral. Iniciada sólo un año después (en 1211 se coloca la primera piedra), se materializó en cien años. En 1311 parece ser que la fábrica ya estaba concluida. A diferencia de otros edificios contemporáneos, en éste se conocen los nombres de los arquitectos que se sucedieron en la dirección de la obra. Los proporcionó el laberinto que ornó el pavimento de la nave central y que fue destruido al sustituirse el original por otro nuevo en el siglo XVIII. Gracias a un dibujo sabemos que trabajaron en Reims, y en este orden: Jean d'Orbais, Jean le Loup, Gaucher de Reims y Bemard de Soissons. En el laberinto venía especificada la labor ejecutada por cada uno de ellos. Así el primero fue artífice de la planta y de los trabajos iniciales en el ala oriental hasta el transepto, el segundo terminó el coro y edificó los fundamentos del cuerpo principal del edificio, el hastial occidental y las torres; el tercero intervino en las tres puertas abiertas a los pies del edificio y el último construyó varias bóvedas (cinco en total) y el gran rosetón de los pies.
La planta de Reims muestra, como rasgo más sobresaliente, la hipertrofia de la cabecera que hemos señalado como una de las particularidades de algunas iglesias francesas del siglo XIII, aunque aquí llega a ocupar la mitad justa de todo el edificio. En el resto de la construcción se siguen las pautas habituales. Tiene tres naves, transepto también de tres naves y, en su alzado, el muro interior presenta los tres niveles canónicos: arco, triforio y ventana.La catedral románica de Amiens fue también pasto de las llamas en 1218 y se procedió a su reconstrucción. Al contrario que otros edificios, en éste, las obras avanzaron desde los pies hacia la cabecera. En 1236 la fachada occidental estaba completamente terminada y en 1269 lo estaba el coro. Un laberinto reproducido en el pavimento de la iglesia, proporciona de nuevo el nombre de los arquitectos que dirigieron los trabajos. Se trata de Robert de Luzarches , Thomas de Cormont y Renaud de Cormont, por este orden.Amiens se dice que es la academia del modelo arquitectónico del norte. Por su planta y otros muchos elementos, tiene bastante en común con Reims, pero si hubiera que señalarse una característica original en el edificio, sería sin duda el vaciado del triforio, en la zona del presbiterio, que hasta entonces había sido un nivel opaco entre las ventanas de las capillas bajas y las vidrieras superiores.La catedral gótica de Beauvais se reconstruye también a causa de un incendio, hacia 1225.
Ya nos hemos referido a ella por cuanto supone el punto final en la experimentación que lleva implícita el gótico. El derrumbe de la bóveda mayor que se había elevado hasta los 48 metros en 1284, supuso el fin de las audacias que los arquitectos habían convertido en moneda corriente en este género de edificios.La fábrica actual de Notre-Dame de París , fue comenzada en 1163. Se optó por una estructura simple, en la misma línea que la catedral de Laon, su más directo precedente: cinco naves que en la zona de la cabecera generan doble deambulatorio, y transepto no marcado hacia el exterior. Las obras avanzaron con cierta rapidez y en las proximidades de 1200 se inició la fachada occidental, concluida hacia 1245.En época de san Luis, a mediados del siglo XIII, y de la mano de dos de los arquitectos más reputados del momento: Jean Chelles y Pierre de Montreuil , se realiza en la catedral una reforma importante. Primero, se añade una línea de capillas entre los contrafuertes del lado norte, y, después, se prolongan los dos brazos del transepto hacia el exterior, dotándolos de nuevas portadas y de los espectaculares rosetones.Aunque todas las fábricas que hemos visto, constituyen con Notre-Dame de París y algún otro ejemplo, un grupo muy unitario dentro de la arquitectura del norte de Francia, este modelo irradió, de la mano de determinados arquitectos, también hacia Borgoña y hacia la Francia meridional , donde se desarrollaba, a finales del siglo XIII, una arquitectura muy original, basada en planteamientos radicalmente distintos.
La catedral de Auxerre es testimonio de ello, como lo son, en el centro y este de Francia, las de Limoges y Clermont, o, ya en el sur, las de Rodez, Narbona, o Saint-Nazaire de Carcasona. Los arquitectos Jean Deschamps y su hijo Pierre, fueron en parte los artífices de esta expansión, pues intervienen en varias de estas fábricas meridionales.La experimentación arquitectónica condujo, desde mediados del siglo XII, a la elevación de las bóvedas y al vaciado de los muros, merced a la concentración de los empujes en puntos muy concretos de la estructura. Esto permitió evolucionar hacia estructuras diáfanas entre las que son paradigmáticos edificios como la Sainte-Chapelle o Saint-Urban de Troyes. Probablemente, las construcciones de formato medio sirvieron mucho mejor que las monumentales, para desarrollar hasta sus últimas consecuencias esta vía y los dos ejemplos enumerados lo confirman.La capilla del Palacio Real de París fue edificada durante el reinado de san Luis con un fin muy preciso: custodiar en su interior una de las reliquias más preciadas de la cristiandad, la corona de espinas de Jesucristo. Aunque presenta dos niveles, sólo la iglesia alta estaba directamente implicada en este cometido, y es en ella donde se lleva hasta sus máximas consecuencias la estructura diáfana a la que aludíamos. Todos sus elementos están subordinados a la función de relicario que debía ejercer la fábrica. De una sola nave, la zona presbiterial estaba presidida por la sagrada reliquia y a su alrededor se distribuían, como ahora, los vitrales y las figuras de los doce Apóstoles (en alto y apoyados contra los pilares que separan las ventanas) con los símbolos de la Pasión en sus manos. El espacio interior de esta construcción es uno de los que más subyuga de todo el gótico. Los vidrios de colores logran variar radicalmente el ambiente y es acusada la sensación de habitar dentro de un mundo transmutado.