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Datos principales


Rango

Renacimiento2

Desarrollo


La aparición y formulación del nuevo lenguaje se produce de forma paulatina y en momentos distintos según las diferentes especialidades. Además, las formas de la tradición gótica preexistente no se vieron desplazadas de una forma radical por los nuevos planteamientos. Hasta bien entrado el siglo XV las tradiciones góticas permanecieron profundamente arraigadas en Florencia y, con más fuerza aún, en otros centros. Lo cual constituye un fenómeno constante que se produce siempre que en el panorama artístico irrumpe un nuevo lenguaje que rompe con el sistema existente. En el Quattrocento italiano son muchos los ejemplos de persistencia de las formas góticas debidos a un fenómeno de inercia. La novedad del lenguaje renacentista convirtió, desde el momento que hace su aparición, a todas estas expresiones en manifestaciones de carácter tradicional. Sin embargo, no todas estas manifestaciones, planteadas desde los presupuestos del sistema gótico, obedecieron a un desarrollo de carácter tradicional o conservador. Además del fenómeno de persistencia, en el arte italiano del siglo XV se produjeron planteamientos que desarrollan el arte gótico desde nuevos supuestos que conforman un proceso de actualización y evolución del lenguaje preexistente. De acuerdo con ese planteamiento -en el que debemos incluir la compleja personalidad de Pisanello- las formas del arte gótico, lejos de ser un lenguaje agotado, se entienden como algo plenamente vigente.

Las soluciones góticas, aunque se han visto desplazadas por la irrupción de un nuevo sistema basado en una recuperación dell'antico, aún no ha dicho su última palabra. En este sentido, es preciso atender, cuando hablamos de la pervivencia de las formas góticas, a dos aspectos fundamentales: por un lado, la peculiar situación italiana con respecto al desarrollo seguido por el arte gótico en el resto de Europa; en segundo lugar, que el panorama figurativo florentino en torno a 1400, en cuyo contexto irrumpe el nuevo lenguaje, está profundamente inmerso en los planteamientos del sistema del gótico internacional. El gótico internacional -nombre debido a Courajod, quien observó que, en los últimos años del siglo XIV y principios del XV, se producía un lenguaje común en numerosos y alejados centros artísticos de Europa- dominaba el arte europeo de en torno a 1400. Hasta el punto que las improntas nacionales se encajaron en un marco artístico en el que la diversidad no lograba romper una fuerte unidad estilística. En este contexto, y en relación con el ambiente artístico europeo, el nuevo lenguaje del Quattrocento irrumpió como una recuperación de los principios clásicos universales pero cuyo modelo le otorgaba un cierto carácter de recreación de la tradición autóctona. Vasari, en sus "Vite", estudia la vida y la obra de los principales artistas italianos agrupándolos por manieras o estilos orientados a estudiar el fenómeno de la recuperación de la buena maniera.

En este sentido, Giotto fue el artista florentino que logró resucitar "después de haber permanecido enterrados tantos años por las ruinas de las guerras, los procedimientos de la buena pintura y artes que dependen de ella". Igualmente Masaccio, al que estudia después que Jacopo della Quercia, Ucello, Ghiberti o Masolino, es el iniciador de una revolución de la pintura. Un aspecto interesante, para lo que estamos analizando, es el hecho de que Vasari sitúa a los pintores del gótico internacional como una secuencia inconexa al final de la maniera giotesca. Y que, igualmente, sitúe con anterioridad a Masaccio a los artistas citados en los que la presencia de elementos del gótico internacional es muy intensa, como, por ejemplo, puede apreciarse en las puertas que realiza Ghiberti tras ganar el concurso de 1401. Por ello, el gótico internacional no aparece como un sistema de representación basado en leyes propias, sino como una derivación y un fundido con respecto a la situación anterior. Sin embargo, en el campo figurativo, tanto la ruptura con el gótico como su pervivencia, ésta tiene como referencia el sistema del gótico internacional, en cuyas fórmulas y convencionalismos se formaron los artistas de la primera generación renacentista.

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