Edificios de planta centrada
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Datos principales
Rango
Bajo Imperio
Desarrollo
El deseo de llenar de contenido el medio siglo III de anarquía militar ha llevado a algunos estudiosos a asignarle edificios monumentales que en realidad, tienen en el siglo IV el lugar que les corresponde. Son, pudiéramos decir, vástagos de la arquitectura adriánea -la Piazza d'Oro de Tívoli y, sobre todo, el Pantheon -, edificios de planta centrada, cubiertos de cúpula y precedidos de un vestíbulo o un narthex. Todos tienen en común una corona de nichos rectangulares o circulares -alternados a veces- en la zona inferior de la pared. Pudieron ser en su día salas de ceremonia o de recreo, pero la mayoría de los hoy conocidos fueron mausoleos. El de Diocleciano en Spalatum y el de Galerio en Tesalónica -éste convertido por Teodosio en iglesia de San Jorge- parecen haber sido los primeros. Su cerrazón al exterior, disimulada en el Pantheon por el enorme pórtico columnado que enmascara la rotonda, se hace aquí ostensible. El arquitecto, con el beneplácito sin duda del propietario, pone especial énfasis en que el edificio se vea por todas partes, de cerca y de lejos, en su solitaria grandiosidad. La Tumba de Rómulo, el hijo de Majencio , en la Vía Apia, y Tor di Schiavi, en la Prenestina -ambas a extramuros de la Roma antigua-, tenían pórtico de frontón ante el cilindro, pero no de las proporciones ni de los efectos de su modelo, el Pantheon. El de Tor di Schiavi se alzaba sobre un podio de la misma altura que la cripta y que el zócalo de la cella, ambos aislados por completo y sólo accesibles desde la calle por la escalinata de la fachada.
Tanto en el zócalo de la cripta como en las paredes de la cella alternan cuatro nichos redondos con cuatro nichos cuadrados. La primera, de 13,75 m de diámetro, tiene en el centro un robusto pilar y en el muro unos ventanucos que iluminan débilmente los nichos. El cilindro de ladrillo estaba ya en su origen enlucido, hasta la cornisa de ménsulas que señala la línea de asiento de la cúpula. Esta se inicia con el mismo espesor que la pared, formando un ático macizo en el que se abren los óculos que iluminan la cella, hasta una segunda comisa, que ciñe el término del cilindro, donde empieza a adelgazar el cascarón de la cúpula. Otra magnífica realización del mismo género es el Mausoleo de Santa Helena, madre del emperador Constantino . Se conoce a este edificio por el nombre popular de Torre Pignattara, por la particularidad constructiva, observada ya en la Edad Media, de tener visibles, en el arranque de la cúpula, las ánforas (pignatte) incrustadas en ella para aligerarla de peso. También aquí alternan los nichos cuadrados en los ejes con los circulares en las diagonales, y también las ventanas se encuentran a bastante altura sobre los nichos del zócalo, ventanales abiertos en el fondo de grandes hornacinas que dan al exterior de los anchos muros. Otro edificio imperial de aquella época es el Salón de los Horti Liciniani, mal llamado antaño Templo de Minerva Médica. La planta de éste es poligonal, diez lados formados por nichos semicirculares a excepción del de entrada, que ocupaba un lado del decágono.
Por encima de esta zona inferior se abren los ventanales de la linterna y sobre ellos arranca la cúpula semiesférica, armada con costillas de ladrillos bipedales y asentada en el polígono de su tambor por medio de pechinas rudimentarias. Un gran tratadista de arquitectura, Rivoira, ponía este edificio a casi tanta altura como el Pantheon en la historia de la construcción. El Mausoleo de Santa Constanza, hija de Constantino, en la Vía Nomentana, supone un enriquecimiento del edificio de planta centrada y rodeada de nichos. Si se compara con el Teatro Marítimo de Villa Adriana , por poner un ejemplo de villa del siglo II, se advierte de dónde pudo venir la inspiración. La columnata que en Tívoli aísla el muro exterior del islote central, se convierte aquí en soporte de la cúpula, formando un deambulatorio ante los nichos del muro exterior. Como quiera que fuese, la iluminación de la linterna de ventanales del tambor de la cúpula, el anillo de columnas pareadas, la bóveda anular del deambulatorio, el pórtico y el narthex de extremos absidados -estos dos inexistentes hoy-, acrisolan el valor de este delicioso templo y mausoleo.
Tanto en el zócalo de la cripta como en las paredes de la cella alternan cuatro nichos redondos con cuatro nichos cuadrados. La primera, de 13,75 m de diámetro, tiene en el centro un robusto pilar y en el muro unos ventanucos que iluminan débilmente los nichos. El cilindro de ladrillo estaba ya en su origen enlucido, hasta la cornisa de ménsulas que señala la línea de asiento de la cúpula. Esta se inicia con el mismo espesor que la pared, formando un ático macizo en el que se abren los óculos que iluminan la cella, hasta una segunda comisa, que ciñe el término del cilindro, donde empieza a adelgazar el cascarón de la cúpula. Otra magnífica realización del mismo género es el Mausoleo de Santa Helena, madre del emperador Constantino . Se conoce a este edificio por el nombre popular de Torre Pignattara, por la particularidad constructiva, observada ya en la Edad Media, de tener visibles, en el arranque de la cúpula, las ánforas (pignatte) incrustadas en ella para aligerarla de peso. También aquí alternan los nichos cuadrados en los ejes con los circulares en las diagonales, y también las ventanas se encuentran a bastante altura sobre los nichos del zócalo, ventanales abiertos en el fondo de grandes hornacinas que dan al exterior de los anchos muros. Otro edificio imperial de aquella época es el Salón de los Horti Liciniani, mal llamado antaño Templo de Minerva Médica. La planta de éste es poligonal, diez lados formados por nichos semicirculares a excepción del de entrada, que ocupaba un lado del decágono.
Por encima de esta zona inferior se abren los ventanales de la linterna y sobre ellos arranca la cúpula semiesférica, armada con costillas de ladrillos bipedales y asentada en el polígono de su tambor por medio de pechinas rudimentarias. Un gran tratadista de arquitectura, Rivoira, ponía este edificio a casi tanta altura como el Pantheon en la historia de la construcción. El Mausoleo de Santa Constanza, hija de Constantino, en la Vía Nomentana, supone un enriquecimiento del edificio de planta centrada y rodeada de nichos. Si se compara con el Teatro Marítimo de Villa Adriana , por poner un ejemplo de villa del siglo II, se advierte de dónde pudo venir la inspiración. La columnata que en Tívoli aísla el muro exterior del islote central, se convierte aquí en soporte de la cúpula, formando un deambulatorio ante los nichos del muro exterior. Como quiera que fuese, la iluminación de la linterna de ventanales del tambor de la cúpula, el anillo de columnas pareadas, la bóveda anular del deambulatorio, el pórtico y el narthex de extremos absidados -estos dos inexistentes hoy-, acrisolan el valor de este delicioso templo y mausoleo.