Chardin, bodegones y escenas de género
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Datos principales
Rango
Francia
Desarrollo
A comienzos de siglo todavía reinaba en Francia la naturaleza muerta de gran aparato, suntuosa, con semejante solemnidad con la que eran tratados los grandes temas de la pintura oficial. Alexandre-François Desportes (1661-1743), tras su regreso a Francia en 1696 desde Polonia en donde había sido retratista de la familia real, es nombrado pintor de las monterías del rey y se especializa en la pintura de animales, en la que tuvo gran éxito incluso en el extranjero. Hizo también decoraciones de joven con Audran en el château de Anet y posteriormente en los de la Muette y de Chantilly.Jean-Baptiste Oudry (1686-1755), aunque admitido académico como pintor de historia, pronto se especializa en pintura de paisajes con figuras, animales y bodegones. En ellas sabe sacar el mejor partido de la tradición de los pintores del norte, con una observación directa de la realidad, reflejando en este tipo de pintura la nueva sensibilidad que se respiraba en aquellos momentos. Fue nombrado en 1725 pintor de la Manufactura de Beauvais; luego como inspector de la otra fábrica, la de los Gobelinos, ejecutaría los cartones de la importante serie de las Cazas de Luis XV .Es, sin embargo, Jean-Baptiste Siméon Chardin (1699-1779) el maestro indiscutible de la escena de género y de los bodegones. Curiosamente es un pintor que aceptado y admirado por sus contemporáneos se escapa de su tiempo. Al obsesivo aprecio por el desequilibrio, el movimiento a toda costa, opone la inmovilidad, la eternidad de las cosas, lo intemporal.
Nace en París en 1699, en 1724 es recibido, como maître-peintre en la Academia de San Lucas. Según Cochin, uno de sus primeros biógrafos, en sus comienzos estaba persuadido de que un pintor no tenía necesidad de copiar la naturaleza a no ser que le faltara genio, es decir, defendía la pintura de historia, pero un día le regalaron un conejo, lo pinta y tiene éxito entre sus amigos que le animan a seguir por ese camino. En ese momento pone Cochin en boca de su biografiado: "Es necesario que olvide todo lo que he visto... Me debo ocupar sobre todo de imitarlo bien y con la mayor veracidad, las masas, los tonos de color, el volumen, los efectos de luz y sombras". Da igual que sea o no cierta esta anécdota, pero define muy bien sus naturalezas muertas.En el año 1728 presenta en la llamada Exposición de la Juventud una serie de cuadros entre ellos La Raya, llamado también Interior de cocina (Museo del Louvre). Menos de cuatro meses después es nominado y recibido en la Academia aunque en la categoría de pintores en el talent des animaux et des fruits, de inferior jerarquía a la, por ejemplo, de pintores de historia. Aunque en el cuadro que precisamente ofrece a la Academia, el citado de la Raya aparece un gato, prefiere la representación de animales muertos, inmóviles, más acorde con su forma de trabajo lenta. También es posible que habiéndose especializado antes Desportes y Oudry en la pintura de animales vivos y habían adquirido buena reputación, Chardin, que no era muy amante de competir, prefiriera este camino más fácil.
En 1730 tiene sus primeros encargos, no muchos, y al año siguiente contrae matrimonio. A partir de estas fechas añade a su repertorio un nuevo tipo de obras, utensilios y objetos de cocina, casi siempre los mismos, aunque colocados de diferente forma. No le interesa la anécdota, elimina lo pintoresco en provecho de aspectos puramente pictóricos: la forma de los objetos, su materia, los reflejos de luz. Con una morosidad a veces exasperante, repite en uno y otro cuadro los mismos cacharros e incluso hace varias versiones del mismo tema.Hacia 1733 pueden fecharse sus primeras escenas de género en las que aparece la figura humana, pero una, dos, todo lo más tres personas. En principio a gran escala, a veces sólo el busto; posteriormente alejará la escena y los personajes se hacen más pequeños. Estos temas se inspiran indudablemente en la pintura holandesa del siglo XVII que se puso de moda en Francia en el setecientos. Como ocurría con los bodegones, que no deja de pintar, conservamos múltiples versiones de la misma escena. Una razón fundamental es que era un artista poco imaginativo y la invención de nuevas composiciones le costaba mucho, pero también había una razón de orden comercial, las repeticiones le eran encargadas por los coleccionistas.En 1744 contrae segundas nupcias con una viuda rica y en 1752 se le concede una primera pensión del Rey, lo que le permitirá no tener que depender necesariamente de la pintura. Cada vez dedica más tiempo a la Academia que por unanimidad le nombra tesorero en 1755 y a partir de entonces oficiosamente y desde 1761 oficialmente, de la organización de los Salones, cargo que exigía decisiones delicadas y que le ocasionará algunos problemas y algunas críticas.
Por estas fechas se hacen cada vez menos frecuentes las escenas de género y se multiplican en cambio las naturalezas muertas.En los últimos años, enfermo, renuncia a su cargo de tesorero de la Academia y deja también sus responsabilidades en el Salón, que son confiadas a Vien. Estos hechos también son consecuencia de que el marqués de Marigny es sustituido por d'Angiviller como superintendente de los Edificios del Rey y, sobre todo, del poder creciente de Pierre, el nuevo primer pintor del rey, que se reconoce defensor del gran género. En el Salón de 1771 sorprende Chardin a los visitantes con la exposición de unos pasteles. A pesar de su edad y de su estado de salud aborda esta nueva técnica y sale victorioso en el intento. Son autorretratos y retratos de su segunda mujer, familiares, no de encargo, resueltos con la misma impresión de sencillez que sus bodegones o sus escenas de género, algunas de cuyas figuras por cierto también eran retratos.Con el paso de los años las composiciones de Chardin evolucionan de un equilibrio precario a un sólido ejercicio de virtuosismo; la luz adquiere una importancia creciente y se modifica también la utilización del espacio. Hay un progreso sensible pero muy lento, reflexivo. Su arte a primera vista parece simple, pero no nos equivoquemos, oculta una estudiada elaboración.
Nace en París en 1699, en 1724 es recibido, como maître-peintre en la Academia de San Lucas. Según Cochin, uno de sus primeros biógrafos, en sus comienzos estaba persuadido de que un pintor no tenía necesidad de copiar la naturaleza a no ser que le faltara genio, es decir, defendía la pintura de historia, pero un día le regalaron un conejo, lo pinta y tiene éxito entre sus amigos que le animan a seguir por ese camino. En ese momento pone Cochin en boca de su biografiado: "Es necesario que olvide todo lo que he visto... Me debo ocupar sobre todo de imitarlo bien y con la mayor veracidad, las masas, los tonos de color, el volumen, los efectos de luz y sombras". Da igual que sea o no cierta esta anécdota, pero define muy bien sus naturalezas muertas.En el año 1728 presenta en la llamada Exposición de la Juventud una serie de cuadros entre ellos La Raya, llamado también Interior de cocina (Museo del Louvre). Menos de cuatro meses después es nominado y recibido en la Academia aunque en la categoría de pintores en el talent des animaux et des fruits, de inferior jerarquía a la, por ejemplo, de pintores de historia. Aunque en el cuadro que precisamente ofrece a la Academia, el citado de la Raya aparece un gato, prefiere la representación de animales muertos, inmóviles, más acorde con su forma de trabajo lenta. También es posible que habiéndose especializado antes Desportes y Oudry en la pintura de animales vivos y habían adquirido buena reputación, Chardin, que no era muy amante de competir, prefiriera este camino más fácil.
En 1730 tiene sus primeros encargos, no muchos, y al año siguiente contrae matrimonio. A partir de estas fechas añade a su repertorio un nuevo tipo de obras, utensilios y objetos de cocina, casi siempre los mismos, aunque colocados de diferente forma. No le interesa la anécdota, elimina lo pintoresco en provecho de aspectos puramente pictóricos: la forma de los objetos, su materia, los reflejos de luz. Con una morosidad a veces exasperante, repite en uno y otro cuadro los mismos cacharros e incluso hace varias versiones del mismo tema.Hacia 1733 pueden fecharse sus primeras escenas de género en las que aparece la figura humana, pero una, dos, todo lo más tres personas. En principio a gran escala, a veces sólo el busto; posteriormente alejará la escena y los personajes se hacen más pequeños. Estos temas se inspiran indudablemente en la pintura holandesa del siglo XVII que se puso de moda en Francia en el setecientos. Como ocurría con los bodegones, que no deja de pintar, conservamos múltiples versiones de la misma escena. Una razón fundamental es que era un artista poco imaginativo y la invención de nuevas composiciones le costaba mucho, pero también había una razón de orden comercial, las repeticiones le eran encargadas por los coleccionistas.En 1744 contrae segundas nupcias con una viuda rica y en 1752 se le concede una primera pensión del Rey, lo que le permitirá no tener que depender necesariamente de la pintura. Cada vez dedica más tiempo a la Academia que por unanimidad le nombra tesorero en 1755 y a partir de entonces oficiosamente y desde 1761 oficialmente, de la organización de los Salones, cargo que exigía decisiones delicadas y que le ocasionará algunos problemas y algunas críticas.
Por estas fechas se hacen cada vez menos frecuentes las escenas de género y se multiplican en cambio las naturalezas muertas.En los últimos años, enfermo, renuncia a su cargo de tesorero de la Academia y deja también sus responsabilidades en el Salón, que son confiadas a Vien. Estos hechos también son consecuencia de que el marqués de Marigny es sustituido por d'Angiviller como superintendente de los Edificios del Rey y, sobre todo, del poder creciente de Pierre, el nuevo primer pintor del rey, que se reconoce defensor del gran género. En el Salón de 1771 sorprende Chardin a los visitantes con la exposición de unos pasteles. A pesar de su edad y de su estado de salud aborda esta nueva técnica y sale victorioso en el intento. Son autorretratos y retratos de su segunda mujer, familiares, no de encargo, resueltos con la misma impresión de sencillez que sus bodegones o sus escenas de género, algunas de cuyas figuras por cierto también eran retratos.Con el paso de los años las composiciones de Chardin evolucionan de un equilibrio precario a un sólido ejercicio de virtuosismo; la luz adquiere una importancia creciente y se modifica también la utilización del espacio. Hay un progreso sensible pero muy lento, reflexivo. Su arte a primera vista parece simple, pero no nos equivoquemos, oculta una estudiada elaboración.