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Datos principales


Desarrollo


CAPITULO XI Viage de Valparayso á el Callao y noticias de esta navegacion, segundo regresso á Quito para terminar las observaciones y tercer viage á Lima para restituirnos á España por el cabo de Hornos 608 Como el fin de nuestra esquadra en aquellos parages era el de hacer el corso todo el tiempo que pareciesse necessario, no fue mucho el que nos mantuvimos en Valparayso; y, assi, embarcandose el comandante y reconocidas por varias ocasiones las islas de Juan Fernandez hasta el 24 de junio de aquel año de 1743, se continuó desde ellas el viage al puerto del Callao, en donde entramos el 6 de julio; en el siguiente, se desembarcó nuestro comandante con los oficiales, haviendolo salido á recibir desde Lima, donde es su continua residencia y la mas propia para atender al ministerio de su empleo, el genera de las armas del Perú y governador del Callao, Don Joseph de Llamas. Este lo acompañó desde allí á la ciudad, cuyo virrey tuvo gran complacencia en su llegada despues del largo tiempo que lo esperaba, y toda la ciudad manifestó la suya en salir á recibirlo con la mayor urbanidad. 609 Desde la isla de Tierra de Juan Fernandez, se hicieron las tres primeras singladuras al norte nordeste y nordeste quarta al norte, y en ellas se experimentaron los vientos frescos por el oeste, sudoeste y sur sudoeste con mares del sudoeste gruessas; estando por la latitud de 28 grados y medio, se continuó haciendola al norte como de 6 á 7 grados mas para el nordeste hasta que en el dia 3 á las 9 de la mañana, estando en 16 grados 28 minutos de latitud, se descubrió la tierra de la costa de Chalá y en el siguiente se demarcó la isla de Sangallán, que demoraba al medio dia el es nordeste distancia de 6 leguas; prosiguióse costeando la tierra, y el dia 5 á las 12 de él demoraba la isla de Asia al es nordeste 4 leguas de distancia; con que, en el yá citado 6 á la 1 y media de la tarde fondeó la esquadra en el puerto del Callao.

610 Yá queda visto que hasta estar por los 28 grados y medio fueron los vientos de la parte del sudoeste, lo qual conviene con lo que se dixo en el capitulo tercero tratando de las noticias de aquel mar, y no correspondia otra cosa para su confirmacion por hallarse yá bien en los principios el ibierno quando nos volvimos al Callao; pero como en la derrota de las tres primeras singladuras, que fueron grandes porque tenian cuerpo los vientos, nos acercaron estos de la costa, se rodearon desde aquella latitud al sur y desde la de 25 grados hasta la de 21 empezaron á tocar algo del sueste, desde la de 20 en adelante hasta llegar al Callao, que casi nos hallabamos sobre la tierra, quedaron entabladas por el sur sueste y es sueste; lo mismo se experimentó con la mar del sudoeste, que, á proporcion que nos fuimos acercando de la costa, se desvaneció, de modo que desde los 25 grados en adelante no se sentia con incomodidad y desde los 21 totalmente no se percibia; al contrario sucede con el curso que lleva porque desde los 21 grados ó 20 se empezó á reconocer que iba para el noroeste, segun corre la costa, y fueron mucho mas sensibles despues que se avistó la tierra, aumentando la fuerza á proporcion que ibamos á menor latitud. 611 Dos preocupaciones se han de tener en el viage de las costas de Chile al Callao. La primera es no ir á descubrir tierra en la ensenada de Arica, porque, haciendo varias rebesas en ella las corrientes, es trabajoso y algo largo el salir despues de allí costeandola; y si no se hace assi, es arriesgado, navegando afuera, el no poder coger el puerto del Callao, pues, llevando las aguas para el noroeste, suele no recalarse despues donde se desea y, quando se descubre la tierra, estar yá á sotavento del puerto, no siendo pequeño triunfo en tal caso poderlo tomar á costa de algun trabajo porque las corrientes rápidas y el viento son en contra.

De esto nace la segunda y es la de procurar coger la tierra entre la Nasca y Sangallán ó en sus inmediaciones, pues, haciendolo assi, se lleva luego la costa á una proporcionada distancia y no hay riesgo de propassarse, como muchos han experimentado, á quienes, llevandolos las corrientes mas afuera de lo que consideraban, al intentar recalar á tierra, no la han encontrado y, en el intermedio que la descubren, se propassan. 612 En la estacion del ibierno, esto es, quando yá ha empezado, se hace la ultima prevencion mas necessaria, tanto porque, estando continuamente llena de vapores la athmosphera, no se consigue observacion de latitud tan frequente como se necessita, y es muy regular el no poderla hacer en 5 y 6 dias seguidos, quanto porque las tierras están tan abrumadas que en ocasiones totalmente las ocupa la cerrazon; assi lo experimentamos en este viage pues estaban yá fondeados los navios dentro del Callao no mas distantes de tierra que un quarto de legua corto, y aun no los havian descubierto á causa de la neblina que los ocultaba, y, á no haver llevado la costa tan á la vista, no huviera sido factible el entrar porque, guando aclarasse, estariamos yá muy sotaventados. 613 El dia 25 de junio, que fue el segundo de navegacion desde la isla de Tierra de Juan Fernandez, se vió un phenomeno semejante al que queda anotado sucedido en Quito; este se reduxo á un globo de fuego ó conjunto de gran cantidad de exhalaciones encendidas, que á las 3 y media de la mañana tuvo principio en la parte del oeste y corrió largo espacio acia el este con el viento que reynaba de aquella vanda; la claridad, que dio su mucha luz, fue tanta que bastó para que los que estaban sobre el alcazar conocieran distintamente á los que estaban de guardia sobre el castillo de proa, y unos y otros se assustaron bastantemente; duró la luz en todo de 3 á 4 minutos, y media hora despues se sintieron dos fuertes estremecimientos en el navio, que se infirieron efecto de algun temblor de tierra, pues parecia haver tocado el navio en algun baxo, segun lo muy sensibles que fueron, siguiendo el uno á el otro con el intervalo de un minuto y medio.

614 Llegada la esquadra al puerto del Callao y con el comandante general de aquel mar, que tal era el titulo que llevaba Don Joseph Pizarro, suficiente numero de oficiales de acreditado celo y experiencia que pudiessen ocuparse en los destinos á que hasta entonces haviamos estado atendiendo y hallandonos con el deseo de dar la ultima mano á nuestra principal obra y comission, solicitamos el beneplacito del virrey para volvernos á Quito, pero queriendo este ministro que dexassemos evacuados antes algunos assuntos, no vino en ello hasta que totalmente lo estuvieron; y haviendolos finalizado por su parte Don Jorge Juan con alguna mas anticipacion, se adelantó y salió del Callao en el dia 14 de noviembre con animo de prevenir lo necessario para que, luego que yo estuviesse en disposicion de seguirle, no huviesse mas detencion en empezar las observaciones que faltaban. A este mismo fin, dexando enteramente satisfecha la voluntad del virrey, me restituí poco despues á Quito, en cuya ciudad entré el 27 de enero de 1744; Don Jorge Juan tenia dado yá principio á lo que era necessario para poder salir á la continuacion de nuestra obra, y, en el interin que estuvo pronto, se nos proporcionó la coyuntura de observar allí el cometa que apareció aquel año, á lo qual concurrió tambien uniformemente Mr. Godin, el unico de los tres academicos parisienses que permanecía en aquella provincia. 615 Los dias 3 y 4 de febrero fueron los primeros en que se dexó ver el cometa, y, como el cielo de Quito es tan poco á proposito para la astronomía porque de continuo embarazan su vista los muchos vapores que ocupan la athmosphera, se passaron hasta el 6 sin que pudiessemos observarlo.

Descubriese yá inmediato á su ocaso, y, teniendolo por encima del cerro de Pichincha, se lo adelantaba la altura de este, assi, no se podia ver mas tarde que hasta de 7 á 8 de la noche; el dia 6 yá citado á las 7 de la noche se observó su altura sobre el horizonte de 15 grados y en un azimuth que declinaba del oeste para el norte 18 grados; la cabeza pareció á Mr. Godin y igualmente á Don Jorge Juan oblonga pero yo la juzgué perfectamente circular, y uniformemente á todos, mayor que el cuerpo de Jupiter; la cola pareció, aunque á la transparencia de algunas ténues nubes, entenderse 2 grados, hallandose esta opuesta al sol y formando con el vertical un angulo de 30 grados á muy corta diferencia. 616 El dia 7 se volvió á repetir la observacion á las 7 horas 8 minutos de la noche y tenia 11 grados 11 minutos de altura sobre el horizonte en un azimuth, que declinaba del oeste al norte 17 grados 15 minutos. Por esta segunda observacion, en la qual se tiene mas confianza que en la antecedente, se concluye, haviendo corregido la altura de la refraccion correspondiente, que ocupaba el cometa en el cielo el grado 332 50 minutos de ascension recta y que tenia 20 grados 5 minutos de declinacion norte, de lo qual se infiere que se hallaba en el mismo camino que siguió el observado por Mr. Cassini el año de 1681 y por Tycho en el de 1577; con que, es muy dable sea el mismo pues, aunque los periodos no convienen, pudo haver hecho dos en el primer intervalo. Las nubes no dieron lugar á que se repitieran mas observaciones, y despues de algunos dias huvo quienes assegurassen haverle visto de mañana.

617 Como nos faltaban que concluir todos los triangulos por la parte del norte desde Pambamarca en adelante hasta el sitio en que Mr. Godin havia hecho su segunda observacion astronomica y donde se conservaba montado el instrumento fabricado para este intento, fue lo primero que se emprendió el terminarlos porque Mr.Godin no los tenia concluidos todos hasta entonces; pero luego que lo estuvieron, passamos al observatorio del pueblo viejo de Mira en el 22 de marzo, donde, no experimentando la athmosphera mas favorable que en todo el discurso de la obra, fue forzoso detenernos hasta el 22 de mayo, en que, satisfechos de las observaciones que en este intermedio se havian conseguido, nos restituimos á Quito con la seguridad y esperanza de no tener que batallar mas la paciencia contra la constante oposicion de las nubes á nuestra obra y que de una vez cessassen las fatigosas tareas de habitar lo mas desierto é inculto de los páramos. 618 Interin que permanecimos en Mira, se dedicó Don Jorge Juan á observar la variacion, y, por quatro observaciones que hizo concordes entre sí á muy corta diferencia, se concluye ser de 8 grados 45 minutos nordeste. Restituidos á Quito, empezamos á premeditar la derrota que deberiamos tomar para volver á España y, como deseabamos adelantarla, nos pareció que con ninguna ocasion lo podriamos conseguir mas propiciamente que valiendonos de la que ofrecian los navios franceses que se hallaban en aquel mar y se aprontaban yá para volverse á España porque, assi, lograbamos hacer la navegacion por el cabo de Hornos y completar con la propia experiencia no solo las noticias del mar del sur pero aun dar alguna razon de la de toda la derrota; agregabase á este, que era el principal fin, el de la seguridad de los papeles de nuestras observaciones pues, siendo entonces, segun las noticias de allá, neutral su pabellon, no havia riesgo alguno en ellos.

Apoyadas estas dos ideas reciprocamente entre si, no dieron lugar á que dudassemos en la execucion; y, sin detenernos en Quito mas tiempo que el necessario para prevenirnos, nos pusimos en camino para volver á Lima, lo qual practiqué yo con alguna mas anticipacion porque nuevos encargos del virrey detuvieron en Guayaquil á Don Jorge Juan algunos dias, pero tuvo tiempo suficiente para concluirlos y esperar en Lima hasta que los navios franceses se hiciessen á la vela, lo qual se retardó mas de lo que se pensaba, y con esto me dió lugar á sacar un extracto de todas las observaciones y otras noticias importantes, que, entregado al virrey al tiempo de mi partida, quedó archivado en su secretaría para que nunca faltasse su recurso en el caso de sobrevenir algun contrario accidente en la navegacion que nos comprehendiesse á entrambos. 619 Mr. Goin mereció, en el interin que nosotros concluíamos las observaciones de Mira, el honor de que la Universidad de San Marcos de Lima le eligiesse para ocupar el lugar de cathedratico de mathematicas, que, por muerte de Don Pedro de Peralta, estaba vaco, y lo admitió con tanta satisfaccion quanto que, no hallandose en proporcion de poder passar á Europa por entonces, como lo apetecia su deseo porque necessitaba evacuar antes algunos assuntos pertenecientes á su compañia; y en el preciso caso de haver de permanecer en aquellas partes hasta terminarlos, hacía el animo de aprovechar el tiempo en nuevas observaciones y experiencias, no dudando que el cielo de Lima, en el intermedio de los veranos que permaneciesse allí, le sería mas propicio para conseguirlo que el de Quito y la sierra; con este fin y caracter, se puso en camino para aquella ciudad y hizo el viage en compañia de Don Jorge Juan; luego que llegó á ella, gustoso el virrey de la acertada eleccion que la Universidad havia hecho en él y con conocimiento de sus grandes talentos, despues de haverlo confirmado en el empleo, se dignó conferirle tambien el de cosmographo de S.

M. con otros que le son annexos, pero nunca hizo animo este sugeto de detenerse allí mas tiempo que aquel que fuesse preciso para terminar los assuntos referidos porque, reconociendo siempre la obligacion en que se halla constituido de dar razon á su soberano y Academia de las resultas del viage y observaciones que se le encargaron como uno y el mas antiguo de los tres e aquel cuerpo, miraba con repugnancia, aunque indispensable, la demora. 620 M. de Jusieu, aunque con la misma repugnancia que M. Godin, determinó esperar en Quito algun tiempo hasta ver el destino que tomaban las cosas de la guerra para volverse á Europa con menos peligro que el qué entonces era regular, y lo mismo esperaba el instrumentario M. Hugot; M. Verguin eligió la via de Panamá; y los demás, fuera de los dos que murieron, uno en Cayambe y otro en Cuenca, quedaron esparcidos, haviendose establecido uno en Quito, y de este modo quedó separada toda la compañia francesa finalizado yá el motivo de su union, no haviendo sido poca felicidad despues de una serie de trabajos tan dilatada, e unas incomodidades tan frequentes como las que se passaban, de tanta variedad de climas como era preciso habitar y de los peligros continuos que á cada asso se experimentaban, que huviessemos arribado al ogro de salir de ellos con bien y ver terminada nuestra obra para empezar la carrera de los que nuevamente se preparaban antes que huviesse de llegar á completarse y ponerse en estado de salir al publico y de aprovecharse este de lo que en ella se adelantó.

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