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Datos principales


Desarrollo


Capítulo XI Segunda serie de palabras del Suyua Tan En el Trece Edznab fue la fundación de la tierra. En el Trece Chen, Eb se pusieron los cimientos de la iglesia Mayor, la Casa de aprender en lo oscuro, la Iglesia Mayor del cielo. Así fue fundada aquí también. Trece Katunes son su cuenta. De trece fue medida en el cielo; cuatro pies se quitaron. Nueve pies lo que falta por ir hacia arriba. He aquí que fue dos veces edificada desde el suelo. Cuatro medidas de pie tuvo cuando salió del suelo. Mapa del norte de Yucatán He aquí a Maní, el tronco del país. Campeche es la punta del ala del país. Calkíni es el tronco del ala del país. Itzmal es lo de en medio del ala del país. Zací, la punta del ala del país. Conkal es la cabeza del país. En medio está la ciudad de Hoó, Iglesia Mayor, la casa de todos, la casa del bien, la casa de la noche, que es de Dios Padre, Dios Hijo, de Dios Espíritu Santo. - "¿Quién entra a la casa de Dios, Padre?" - Aquel a quien se nombra Kulem (el adorador). - "¿Cuál es el día en que se pegó al vientre de la Mujer Virgen, Padre?" - El Cuatro Oc se pegó a su vientre. - "¿Hijo, qué día salió?" - El Tres Oc salió. - "¿Qué día murió?" - El Uno Cimí murió. Y entró a su sepultura. - "¿Qué entró a su sepultura, Padre?" - Su caja entró a su sepultura. - "¿Qué entró a su muslo, Padre?" - La piedra roja. - "Y la piedra de la tierra que entró en el cielo, ¿cómo se llama, Padre?" - La piedra de la Flecha.

- En ese mismo día es que se les pone su pie (a las flechas). Entró la piedra roja y fue al Oriente. Y vino del Norte y entró la piedra blanca. Y entró la piedra negra al Poniente. Y así también la piedra amarilla al Sur. * * * - Hijo, ¿cuáles son los tristes agujeros por donde gritan las cañas? - Los agujeros de la flauta. - Hijo, allí donde hay cenote, y son muy profundas sus aguas, no hay piedrecitas en su fondo, y hay un arco a la entrada. - El templo. - Hijo, ¿y los grandes casamientos? Por ellos caen las fuerzas del Rey, por ellos caían las fuerzas de los Halachuiniques, cuando antiguamente los había, y por ellos caen mis fuerzas también. - El pan. - Hijo, ¿has visto las piedras verdosas que son dos y en medio de las cuales hay una cruz alzada? - Los ojos del hombre. - Hijo, allí donde hay zorros, hay una huérfana; tiene su collar y tiene su cascabel también. - El perro sin dueño. - Hijo, ¿y el grajo brotado, con sus sesos arrollados, en el trasero del perro y con ciruelas secas pegadas? - La molleja del pavo. - Hijos, traedme al que tiene lazos anudados y al que tiene los dientes salidos. - El venado y el topo (tusa). - Hijos, ¿y la vieja que tiene trasero de siete cuartas, y la muchacha negra? - La calabaza (dzol). - Hijos, ved cuál es la muchacha blanca, que tiene apretado hasta reventarlo el vestido, la que vende pedernales blancos. - La calabaza de semillas gruesas. - Hijo, tráeme dos animales amarillos, uno guisado y el otro con la cabeza cortada para beber su sangre.

- El venado amarillo y la jícara en que hay chocolate. - Hijos, haced llegar aquí veinte piedras "cargadoras", labradas, y dos casados. - Codornices y tórtolas. - Hijos, traedme una cosa torcida en tres ramales. - La iguana. - Hijos, traedme un buen remedio del pecado para verlo aquí. - El maguey. - Hijos, id a traerme aquí la tapa de la entrada del cielo y su escalera, de nueve escalones, todos de miel. - El pan real. - Hijo, ¿has visto al viejo del gran comal? Muy grande es su papada. Flojamente viene por el suelo. - El pavo. -- Hijos, traedme unos viejos cuidadores de milpas. Que en un solo moño traiga él atados los vellos de su pubis con los de su mujer; del lodo de la lluvia traedlos aquí, con muchachas guardadoras de milpa. Yo voy a blanquear a las muchachas, y voy a quitarles los vestidos de encima y me las voy a comer. - Las jícamas. - Hijos, traedme a los viejos bailarines para que me diviertan; acaso no bailen mal. Yo los veré. - Los pavos. - Hijo, ¿y el papagayo que tira su ropa y tira su camisa y su capa y su sombrero y sus zapatos? Hijo, por donde tú estabas pasó. Acaso por allí pasaste; por la alta piedra que va inclinada hasta la entrada del cielo, y que está en la puerta de la muralla. Cuando pasaste por allí, ¿viste unos hombres que venían mancornados delante de ti? Allí hay una gran fiesta con el venerable Ah Kulel. - La pupila de los ojos y la pareja de los dos ojos. - Hijo, ¿viste amarrarse el agua de Dios? Pasó debajo del bien de Dios y entró debajo del bien de Dios, allí donde está la cruz de la llanura.

Por la redondez del cielo pasa el agua de Dios. Hijo, por donde pasa el agua de Dios, salen árboles estériles. - Padre, la cabeza del hombre. Y la bebida del hombre loco, que pasa por su garganta y sale por su trasero. - Hijo, ¿a quién viste hace un rato por el camino, hijo, por donde pasaste por delante de tus parientes que atados hacía venir detrás de ti? - No podía yo esperar a mis parientes. Los espero en el juicio de Dios, cuando yo muera. - La sombra del cuerpo. - Hijo, ¿a quién viste en el camino? ¿Viste acaso a unos viejos que tenían a unos muchachos con ellos? - Padre, esos viejos que vi en el camino estaban junto a mí y no podían dejarme; éstos son: el dedo gordo del pie y los demás dedos. - Hijo, ¿viste a unas viejas que llevaban en brazos a sus hijastros y a otros muchachos? - Padre, aquí están junto a mí mientras como; no puedo dejarlos. El pulgar de la mano y los otros dedos. - Hijo, por donde pasaste hay un río. - Padre, ese río está conmigo. Es el "camino de mi espalda". - Hijo, ¿dónde viste un viejo a caballo atravesado en el río? - Padre, ese viejo está conmigo. "El caballo" es el de mi espalda. Y lo que dicen la hiel, eso es el viejo. - Hijo, ese viejo que está en tus espaldas y lo que llamas camino, se ve que es cierto y exacto. Hijo, ve a buscar el corazón de la piedra y el hígado de la tierra, para que yo los vea en el día que viene, mañana. Verás un gigante y un corcovado, que así se irán al infierno.

- Aquellos son la liebre y el agutí. Y el Batab y el Ah Kulel; de piedra es el corazón de estos hombres. Y la tapa de la entrada de la garganta del infierno son el camote y la jícama. - Hijo, ve a coger una mujer con los dientes mojados, que tenga arremolinados los cabellos, muy bonita y doncella. Yo le quitaré su falda y su vestido. Estaré muy contento de verla. Su olor será de tierra y un remolino será su cabeza. - Ésta es la mazorca tierna del maíz (el elote) hecha pibil (cocida bajo tierra). - Hijo, ahora ve a coger un viejo y la yerba de delante del mar (de la playa). - El viejo es la tortuga. La yerba es el cangrejo. - Hijo, ahora ve a coger las piedras del fondo del monte. Son negras. - La tortuga chamuscada. - Hijo, ahora ve a traerme la piedra de la llanura de aquí, que es la codorniz, y los venerables brujos que se hacen dos a sí mismos. - Éstos son el topo y la liebre. Y el agutí y el jabalí. - Hijo, ve a buscar el muslo de la tierra. - La yuca. - Hijo, ve a buscar el gran bailarín y el gran cantor. - El pavo montés y el pavo doméstico. - Hijo, preséntame a tu hija. Al amanecer de mañana la veré. Primero vendrá un poco; después vendrá lo mucho. Y que el retoño del monte se ate bien el ceñidor de su cabeza. Allí tendrá su "rebozo". Yo le quitaré su rebozo. Y el Ah Kulel estará detrás. Hijo, entonces ve a coger un botón de flor que dé su perfume en el día de mañana. - El maíz tostado con miel. - Hijo, desde aquí he oído noticias de que tienes en tu casa muchas roscas de la cueva.

Rízalas para verlas aquí a la hora de comer. - El huevo frito. * * * Gana y se lleva contento entonces la piedra roja que ha soñado. Jugo del cielo, rocío del cielo ha soñado. * * * - Sueña que tú coges, hasta el día en que seas cogido de la tierra. Sueño es el rocío del cielo, el jugo del cielo; la flor amarilla del cielo es sueño. ¿Por ventura yo te he tomado tu tiempo, te he tomado tu sustento? ¡Basta! ¡Mejor fuera que te hubiese tomado tu piedra! Yo te he cogido detenido en tu distracción, para que agradezcas la virtud de tu amanecer. Cuando a él fuiste enviado, cogiste palabra de lo oculto. Yo te cogí y te contuve, hasta hoy que dejo que sea oída tu virtud por tu Señor. Espera de él que hable la piedra que dejé resbalar en tu boca, la sagrada piedra preciosa. * * * - El que vaya a seguir adelante en la explicación de los Ahaues, que han sido tratados aquí, que vaya a estudiar para que entienda.

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