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Datos principales


Desarrollo


Capítulo 67 Trata en este capítulo que, despedidos los estrangeros enemigos contentos, bían a llamar a los comarcanos para la çelebraçión de la coronaçión del Ahuitzotl en prezençia de Huitzilopochtli, con muertes crudas de los cautiuos abidos en guerras, como es uso y costumbre Salidos del palaçio los de Cholula y yupitzincas, salieron con guirnaldas de rrosas y flores las manos, cubiertas con cueros de animales muy sotil y delicadamente adouados, y sus guías adelante, mexicanos, y sus basallos cargados de las rropas de las merçedes, lleuando sus braçeletes de oro con mucha plumería rrica y las manos amoxqueadores de pluma muy rrica, a la rredonda de ellas, de las abes preçiadas, quetzaltotome, çacuan, tzinitzcan, tlauhquechol. Ydos, hazen el Çihuacoatl mensajeros a todos los pueblos comarcanos al llamamiento de la coronaçión, e tanbién dijo: "Hijo, rrey mançebo, teníamos olbidados los pueblos de cuextecas, tziccoacas y los de Tuçapan y tamapachcas, son tres pueblos muy grandes y muy rrica gente. Estos están como çerrados, sordos. Annos de estar oyendo, que desde que mi buen hermano Tlacateccatl Monteçuma fallesçió, se quedó esta enpresa por ganar y se olbidó con su muerte. Y digo, así, con esta memoria hago y se hará, si son ya profeçías y bísperas de mi muerte, y querría bello antes de mi muerte". Dixo Ahuitzotl: "Cúmplase, señor, ura palabra y hágase sauer a los generales Cuauhnochtli, Tlilancalqui y Tlacateccatl, Tlacochcalcatl 88v y Ticocyahuacatl, Tocuiltecatl, con todos los demás uros leales hermanos y conpañeros.

Benga a notiçia de todos". Y así, luego Çihuacoatl llamó a Cuauhnochtli llamase a todos los prençipales mexicanos ditados las guerras. Benidos, les propone el olbido de la enpresa de los pueblos que están sordos, serrados, los cuextecas, tziuhcoacas y tuçapanecas y tamapachca, son tres pueblos grandes "y es menester que allá bamos, que es muy buena empresa". Rrespondieron los mexicanos que estaua muy bien dho, que lo supiesen todos los pueblos comarcanos y sujetos a la corona mexicana y en espeçial al señor de tepanecas, Neçahualpilli, y al rrey de tepanecas, Totoquihuaztli. Y así, fueron luego a la baxada de Aculhuacan dos prençipales a llamar a Neçahualpilli. Llegado a su el mensajero, explicada la baxada, rresçibiólos con mucha boluntad y les dieron de comeer y bestir y, despachados, luego díxoles: "Señores, bamos". Y barcado una barca, canoa, llegado a Mexico, le saludaron como a tal rrey hera. Otro día llegó el rrey de tepanecas, Totoquihuaztli, y después de le aber hecho rreuerençia al rrey Ahuitzotl, fue rresçibido y ospedado como rrey hera. Propóneles Çihuacoatl la empresa de Cuextlam y tziuhcoacas, tuçapanecas, tamapachcas. Rrespondieron los rreyes se hiziese luego llamamiento de gentes, hellos yban a poner luego por obra el biaje con la breuedad. Dixo luego Çihuacoatl al rrey Ahuitzotl: "No es poco lo que queremos hazer, que no es sino muy mucho trabaxo, muertes, derramamientos de sangre, pues emos de yr a çerçenar rrezias espinas, cardos de azero fortísimos, y endereçamos cañas tostadas, que con ello hazemos sentimiento al mundo y tierra y agua ("ca ticolima yn teoatl y tlachinolli") con el estruendo y mouimiento de la guerra.

Y así, señores, démosles a estos señores adargas, rrodelas, espadartes para sus tigueres, leones, águilas ligeras de sus leales basallos, soldados balerosos. Y traídos las armas y diuisas por los mayordomos, se las presentaron a los dos rreyes para sus gentes". Y luego llamó a Cuauhnochtli y Tiçocyahuacatl: "Lleuá estas armas de los rreyes de Aculhuacan y de tepanecas para sus soldados y leones osados, y la partida con la breuedad posible". Y de allí dieron abiso a todos los demás pueblos comarcanos. Llegados y juntados todos los pueblos, con los bastimientos, como es usança de guerra, dentro del término puesto, un día de gran mañana marcha el campo mexicano. Dixo el rrey Ahuitzotl a todos los capitanes: "Bamos a parar derechos a Cuauhchinango hasta que poco a poco bayan llegando los demás y, juntos todos, daremos orden de lo se hará, por dónde traremos". Llegados el rrey Ahuitzotl a Cuauhchinango, con él todos los balerosos capitanes y soldados biexos ditados en las guerras y señalados, e llegado allí Ahuitzotl, le salió a rresçibir el señor de aquel pueblo, llamado Xochiteuctli, y después de le aber hecho gran rreberençia le rruega 89r ahincadamente se onrre aposentar en el pueblo y su palaçio, pues es suyo. Dixo el rrey Ahuitzotl: "No es de buen rrey ni de buen capitán dexar su canpo por rregalar su persona". Y así, le truxo de comer su tienda (xacal) qual su persona perteneçía y dióle de muchos géneros de comidas y breuajes de cacao escoxido, como se daua allí çerca el cacao, y rrosas, flores.

Acabado de comer, díxoles a los cuauhchinancas: "Aperçibíos a guisa de buenos soldados, bamos a Tuçapan derechos a esta enpresa de Tuçapan y Tziuhcoac y Tamapachco". Díxoles tanbién que lleuasen abentaxado matalotaje para el campo. Rrespondieron que todo se haría muy cumplidamente, y con esto, le presentan al rrey muchas rropas y rrodelas, espadartes, dibisas para sus soldados. Y el señor de aquel pueblo trujo al rrey Ahuitzotl una rrodela y una debisa y espadarte de fina nabanja y mucha plumería muy rrica la diuisa, como a un rrey pertenesçía. Y con esto, otro día partió el campo y llegaron a la rraya y puertas de los enemigos. E luego Ahuitzotl hizo dos partes de su exérçito y en cada parte luego comieçan a hazer tiendas, xacales fuertes, cada pueblo su lugar y estançia se hizieron xacales. Llamó su tienda a los capitanes Cuauhnochtli y Ticocyahuacatl, díxoles: "Escojan los mançebos dispuestos, balerosos y los que otras bezes an trado en guerra sean mexicanos, para bayan en delantera de sus soldados, y lo propio hagan en cada capitanía de cada pueblo su gente. Y adbertirles a los capitanes les anime y esfuerçe conforme como se suele hazer en semejantes casos. Y bayan asimismo a beer y correr el campo de los enemigos por las tradas, salidas y por dónde traremos con nra gente para el acometer a los enemigos y en qué partes trarán cada capitán y pueblo con su gente". Y, ansí, escojidos balientes soldados, fueron dozientos mexicanos y trezientos de Aculhuacan y dozientos de Tacuba, fueron todos ochoçientos, a los quales, abidos todos tendido, fueran a beer tantasen las partes, lugares, tradas, salidas del pueblo prençipal a donde el rrey pretendía.

E luego le rreplicó Tlacochcalcatl, capitán, le paresçía que conbenía biar y fuesem los míradores mill y dozientos para la defensa de ellos si les acometiesen todo el campo enemigo. Y, con esto, abisaron al general de Suchimilco, Tlatolcal, y puso sesenta escoxidos soldados y los de Culhuacan, Cuitlabac, Misquic, Yztapalapan y los demás pueblos lexanos y comarcanos se llegaron al cumplimiento de mill y dozientos, y, llegados a las guardas de los guaxtecas, hallaron que guardauan sus sementeras muchos de ellos. Y así, abido su acuerdo, que no curasen de hazer rruido hasta la buelta, que tonçes lleuarían cautiuos de los que guardauan las sementeras, sin que nenguno lleuase dos cautiuos, más de solo uno cada uno, por la priesa y enbaraço, para hazer mejor el asalto nro. Con este abiso pasaron adelante y trados en el pueblo començaron a sembrar piedras por las calles de manera que quedaron satisfechos y contentos, y, juntados, hazen acuerdo que nenguno gritase ni diese alarido so pena lo dexarían muerto allí a golpes, y así, fueron derechos a las labranças y sin hazer rruido començaroron a prender y atar honbres, mugeres, niños, que no quedó soldado que no lleuase su cautiuo. Llegados al rromper del alua dixeron a Tlacoch 89v Tlacochcalcatl que diesen abiso al rrey Ahuitzotl de la buena bentura de los mexicanos y la presa grande traían. tendido, el Ahuitzotl mandó que biniesen ante él todos y, preguntádoles por la çiudad, dixeron aber en ella muchas calles y todas aber dexado señal de piedras.

Y de beer la presa se holgó mucho, hízoles dar a cada uno del tributo de los pueblos que arriba es dho, de que quedaron muy contentos. Y los presos los mandaron echar unos argollones de palo como çepo llaman cuauhcozcatl. Y ya que yba amanesçiendo, dixo Quauhnochtli al rrey: "Señor, escóxanse tre todo el campo otros hombres buenos, esforçados, que acometan al primer rrecuentro con los enemigos", que binieron a ser dozientos y ochenta los que yban la delantera, balientes moços usados las armas y batallas. Dixo Tlacochcalcatl al rrey: "Señor, el capitán herrare del camino y presa lleuare, que a este tal sea castigado y muera con afrenta en uro rreal palaçio, para el fin y acabamiento de la guerra hazemos". Dixo tonçes el Neçahualpilli de Aculhuacam que el capitán hiziese su poderío y que hiziese presa de un esclauo y, no lo haziendo, que este tal no tre más en campo alguno, ni se asiente en palaçio, ni salga de su cozina hasta que muera, y no sea muerto, "que podría susçeder ura rreal persona o en la mía o en la de alguno de los rreyes", de que fueron contentos. Y, como lleuauan la delantera los hizieron presa, biendo bieron a los huaxtecas, comiençan a dar alaridos y golpear sus rrodelas. bían dende a un rrato a dar abiso que ba el campo en diminuçión por ser los guaxtecas ynfinitos, luego les biasen socorro, y oydo por Ahuitzotl, rrey, hizo a todos los capitanes que todos de un tropel acometiesen muy furiosamente, y ansí, como llegaron por todas partes tan balerosamente, rretiráronse atrás los primeros que abían ydo, a descansar, y danles tanta priesa que comiençan a morir y a prender guaxtecas muchos de ellos.

Y luego los capitanes mexicanos Tlacateecatl, Tlacochcalcatl, Ticocyahuacatl, Tezcacoacatl, Tocuiltecatl, Chalchiuhtepehua y todos los demás señores prençipales, como bieron benir otro muy poderoso exérçito de cuextecas, benían con plumas coloradas las narizes y orejas y las cabeças por plumajes, llegan de tropel a los mexicanos y comiençan a bozear, diziendo: "Ea, mexicanos, que agora dexaréis aquí las bidas todos por uro loco atreuimiento", benían dando estas bozes los nahuatatos, e rrespondieron los mexicanos, diziendo: "Mira, guaxtecas: a eso propio benimos, hasta que no quede nenguno de bosotros quede a bida, no nos emos de boluer. Ora sea agora, un año, que dos años, aquí emos de aguardar nros basallos y soldados bengan llegando de rrefresco". Y asentáromse en el suelo los mexicanos hasta se desterraron adonde estauan estauan soterrados los cuachicme y otomi y tequihuaques. Y como los guaxtecas llegaron al engaño, salen detrás començando a destroçar en ellos y prender a los capitanes de los guaxtecas, y con esto el exérçito mexicano dan tan rrezio con ellos los ençerraron en el pueblo prençipal y luego subieron ençima del templo de los guaxtecas y lo quemaron 90r y por lo consiguiente quemaron la casa prençipal del señor, que es la tecpan (palaçio). Y biendo morían muchos biexos, mugeres y niños, dieron bozes los prençipales y su señor, diziendo: "Señores mexicanos, çesen ya tantas muertes de ynoçentes como mueren, criaturas y biexos, que beis aquí buestro premio y tributo".

Y biaron mucha sunma de naguas de muchas colores, hueipiles puntiagudos llaman quechquemitl, y toznenez (papagaios) amarillos mansos y huacamayas grandes, que llaman alome, y páxaros que paresçen perdizes de Castilla, saluo son muy prietos, como azabache su pluma, con plumajes llaman xomome y chiltecpin, muy menudo, llaman lengua mexicana totocuitlatl, y pepita fardos, xícaras grandes labradas, y pescado grande barbacoa, que llaman axolomichin (bagres) y tepemichin, son bouos y rróbalo y camarón y otro género de pescado menudo, corcobado, que llaman topotli, que es lo que se haze en Tuçapan y Tziuhcoac y Tamapachco, y piernas de mantas de a ocho braças de largo, muy finas. Y esto traían sus hijas, con este tributo, diziendo: "Beis aquí con esto a nras hijas. Çese ya la guerra y seremos tributarios buestros y os seruiremos". E luego el Ahuitzotl mandó a los capitanes çesar la mortandad. Con este conçierto hecho, tomaron a las hijas y las metieron en cadena de cuauhcozcatl (argollas de palo), y a los capitanes guaxtecas trujeron presos por los aguxeros de las narizes. Benían llorando, gimiendo las mugeres y los niños, y los capitanes guaxtecas benían cantando y garganteando, rremedando los papagaios amarillos. Y con esto tomaron su camino para Tenuchtitlan Mexico y biaron primero baxadores a Çihuacoatl.

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