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MEMORIAL 11 Excmo. señor. El capitán Pedro Fernández de Quirós, que por mandato de su majestad voy a descubrir la parte incógnita del sur, digo que para poner en ejecución su real mandato, los días pasados supliqué a vuestra excelencia, por un memorial, se pudiese mandar la lista de la gente necesaria para tripular los dos navíos de que estoy hecho cargo, así para irlos aprestando aquí en el puerto a donde están, como para hacer con ellos el dicho descubrimiento, y espero en la forma que el contador usa tener en los asientos que hace con los marineros, artilleros y grumetes, pajes y oficiales de la armada que su majestad aquí tiene; y más también, por el peligro a que los dos navíos están, a falta de estar desiertos y por no perder más tiempo. Y así más suplico a vuestra excelencia se sirviese mandar me fuesen dados de los negros que su majestad aquí tiene, para grumetes en el número que he pedido. Y así más digo, excelentísimo señor, que el día de la Asención pasado, el secretario Juan Cabrera de Ureta me dió el dicho memorial con dos decretos de vuestra excelencia y parece ser que dieron el teniente de capitán general don Lope de Ulloa y tesorero don Juan Manuel de Anaya; para lo cual digo, excelentísimo señor, que en lo que toca a los negros que por grumetes pido, los navíos no se pueden servir sin ellos, y que mandando vuestra excelencia, me sean dados cuatro para cada navío, o sean negros o blancos, para que luego acudan al servicio dellos y o estar enviados en lo tocante a este part(?).

Y en cuanto al parecer que dieron el teniente de capitán general don Lope de Ulloa y el Tesorero don Juan Manuel de Anaya, a lo que se le ha de dar ahí de sueldo como de paga adelantada a la gente que tengo de llevar en mi compañía, digo señor que es muy justo lo que dicen y así lo he pedido a vuestra excelencia, que desde aquel día que se alistasen les vaya corriendo su sueldo y raciones hasta llegar a España, y que se le de al tiempo de la embarcación, un año de paga adelantada del mismo sueldo que sumajestad paga en su armada deste puesto, y mas lo que hubieren servido hasta aquel día. En cuanto a lo que vuestra excelencia manda por su último decreto, que se aliste la gente de mar a zarpar, para mi mucha merced, yendo que toca al no haberles de correr sueldo hasta el día de la partida o algunos antes. Yo no sé, señor excelentísimo, quien haya que sirva sin que le paguen su trabajo, (...) ni yo sé qué dinero bien debido que el del servicio personal. Vuestra Excelencia se haría de haber por bien que la gente que tengo alistada, que no es del armada del rey, se le haga su plaza buena como a los que les están sirviendo, pues ellos han de servir, y advierto a vuestra excelencia que todos los he menester ahí para con ellos despacharme aquí, como para hacer el descubrimiento a que voy, y que siendo de otro modo se pone mi viaje a peligro porque siendo como la gente, pobre, se irán a buscar su vida y así al tiempo de mi partida o no hallaré marineros o será fuerza llevar gente inútil o por fuerza y con el pro se sirve el rey como lo manda y desea y yo pretendo.

También advierto a vuestra excelencia que los marineros que están en las naos del reino querían obligar a hacer las obras que no sean de sus navíos que ellos están obligados y que gente forzada no obedecerá a oficiales ajenos, ni se hará lo que se debe con la orden tan debida. Y en lo tocante a la lista que vuestra excelencia ordena al contador la haga estando yo presente, ayer noche la hicimos con acuerdo de dar a vuestra excelencia esta cuenta y de que yo solicitase, como suplico a vuestra excelencia, que mande al contador le haga sus plazas buenas y se le den sus raciones. Por todo lo cual a vuestra excelencia suplico cuan encarecidamente puedo y me es posible se sirva dar orden y mandar como pueda dar pasos acertados, en tanto cuanto tengo que hacer, que es mucho y poco el tiempo, y no permita vuestra excelencia que me sea perturbado lo que Dios para esta su obra va juntando, y pues que su majestad les puede alargar su mano real, la deja larga a vuestra excelencia, y vuestra excelencia es el patrón de esta ejecución; vuestra excelencia se sirva que sea cual yo la espero, y así estará siempre obligado a servir y confesaré esta verdad y rendido a todo lo que vuestra excelencia ordenare y mandare. Juan Ochoa está muy pobre y es muy necesario para ayudar a mi despacho; sírvase vuestra excelencia de haber por bien que haga oficio de maestre en cuanto sea presto uno que ha de ir y espero que me dicen el hombre como conviene. Y más también, es necesario que vuestra excelencia ordene y mande a quien ha de ir, dando la madera o el avanzo cerrado y lo demás que es forzoso para dar principio a las obras de los dos navíos y de la lancha. Los marineros que tengo alistados son por todos treinta y tres; sin los oficiales y artilleros, siete, pajes, dos, los diez y siete no son de naos del rey. Vuestra Excelencia vea que han de ser ciento y treinta personas que mucho número que falta y los oficiales ninguno dellos es de la armada . Pedro Fernández de Quirós

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